El núcleo de la Tierra varía la velocidad de su giro

Según un estudio publicado en la revista Nature Geoscience, el núcleo de la Tierra está experimentando cambios en la velocidad a la que gira, que se ha ralentizado en comparación con la velocidad de giro de la corteza. El núcleo es una esfera de hierro que se encuentra a más de 5.000 kilómetros de profundidad desde la superficie y que rota en el núcleo externo, formado por una mezcla de metales en estado líquido. En palabras de uno de los investigadores, “es como un planeta dentro del planeta, por lo que la forma en la que se mueve es muy importante”.

No existe posibilidad de alcanzar el centro de la Tierra, por lo que los autores del estudio, Yi Yang y Xiadong Song, investigadores del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, China, han analizado las variaciones de las ondas sísmicas producidas por cerca de 200 terremotos.

Las conclusiones del estudio apuntan a que este fenómeno podría tener efectos globales e influir en aspectos como el nivel del mar, el clima, o la duración de los días, que podrían sufrir un acortamiento de unas fracciones de segundo. Sin embargo, los efectos del cambio en la rotación del núcleo serían prácticamente imperceptibles en el corto plazo. La Catedrática de Geología en la Universidad de Salamanca María Puy Ayarza, confirmó en Onda Cero que “la trascendencia al nivel de la vida humana será muy poca”. Según explicó, estos “son procesos muy largos que, a escala de una vida de cien años, no tienen ninguna importancia”.

El núcleo de la Tierra no se ha frenado

El geólogo Nahúm Méndez Chazarra aclara que, en realidad, el núcleo de la Tierra no se ha frenado. “Es una esfera que gira en el mismo sentido al de la corteza en ciclos de unos 70 años en los que su velocidad varía. A veces va al compás, a veces un poco más rápido y a veces un poco más lento”, explica.

Méndez Chazarra desmiente, también, que la investigación de Yang y Song determine la posibilidad de que el núcleo comience a girar en sentido contrario a la corteza. Lo que ocurre, explica, es que “al ralentizarse la velocidad del núcleo respecto a la corteza parece que el núcleo gira en sentido contrario, pero realmente lo hace en el mismo sentido”.

¿Qué consecuencias tiene el cambio de velocidad del núcleo de la tierra?

Nahúm Méndez Chazarra establece que “las oscilaciones de las que habla el artículo son fenómenos que se enmarcan en escala de décadas, que ya se han sucedido de manera cíclica y que hemos comprobado que no producen cambios impactantes”. Sobre la variación en la longitud de los días, recuerda que “no hay dos días que duren lo mismo” y que “al actuar en la escala de los milisegundos, el ser humano no es capaz de percibir el cambio”.

El geólogo sostiene que, en el supuesto de que, efectivamente, el núcleo girase en sentido contrario al de la corteza, “generaría un gran problema en el campo magnético de la Tierra”, aunque, añade, “no sabemos con certeza qué ocurriría, ni es una posibilidad que se contemple en el momento”.

¿Cómo se ha contado en los medios?

Méndez Chazarra considera que el estudio se ha contado “como si fuese una gran noticia”, y cree que se debe a  la posibilidad de “un error en la traducción e interpretación” del artículo de la revista Nature.

En cuanto al alarmismo de los medios de comunicación a la hora de tratar este tipo de noticias, el geólogo concluye que, en general, “depende del medio y de la noticia que se trate”. Explica que el error en la importancia que se le da a las noticias varía según la escala temporal en la que se enmarque cada fenómeno. “No es lo mismo hablar de algo que afecta a nivel humano, como el calentamiento global; que hablar de algo que no la tiene, como cuando un asteroide pasa a miles de kilómetros de la Tierra”

Nahúm Méndez Chazarra achaca este alarmismo a la necesidad de “generar clicks a través de titulares grandilocuentes” y apela a la reflexión frente a la premura y a consultar a los expertos antes de publicar la noticia.