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Sonia Sánchez, Porfesora UFV experta en Oriente Medio

"La esperanza que queda es que esta guerra convenza a los israelíes de que tienen que sentarse a negociar"

Pablo Parreño y Belén Gómez de Argüello| C_dPaz  |  31 OCT 2023
P: ¿Cuál ha sido el detonante para que Hamás haya atentado contra Israel? 
R: Yo diría que hay cuatro motivos o lecturas. Una es el carácter simbólico que tiene el hecho de haberse cometido el día en que se cumplían 50 años y un día antes de la guerra de Yom Kipur, que fue otra guerra por sorpresa que minó el mito de invencibilidad que tenía el Estado de Israel. Otro aspecto simbólico es que llamara a la operación El Diluvio de Al-Aqsa, ese es el nombre de una mezquita en Jerusalén, que es el tercer lugar más alto del islam. Durante las festividades judías que habían tenido lugar una semana antes, Israel había permitido que, en la explanada de las Mezquitas, subieran a orar judíos extremistas. Y eso es una desacralización de los lugares santos y una humillación para toda la comunidad musulmana del mundo. Otra lectura tiene que ver con la situación de debilidad que tiene Israel en estos momentos, con muchas protestas ciudadanas, desde enero, en contra de las políticas antidemocráticas y antiliberales de Netanyahu. También hay una lectura intra-Palestina que tiene que ver con el liderazgo en Palestina. Ahora mismo los territorios están divididos en Gaza y Cisjordania. En Gaza gobierna Hamás y en Cisjordania la Autoridad Nacional Palestina (ANP), donde el partido mayoritario es Al Fatah, es el socialismo árabe, es un partido laico que no quiere fundar un Estado islamista. Y Hamás es un partido islamista que quiere fundar un Estado palestino pero islamista. Entonces, son facciones rivales y esto introduce el último elemento. En estos momentos se están negociando los Acuerdos de Abraham que normalizan las relaciones entre Arabia Saudí e Israel. Una de las condiciones que ha puesto Arabia Saudí, para sumarse a esos acuerdos, es que Israel se comprometa a mejorar la vida de los palestinos y a avanzar en las conversaciones que puedan derivar en un futuro Estado palestino. Hamás no quiere que estas negociaciones sigan adelante, porque le deja fuera del tablero. Y esas negociaciones, además, van a repercutir económicamente en Cisjordania. Así, estos atentados son una manera de torpedear que la ANP tenga una voz representativa y de mayor poder frente a Arabia Saudí y a la comunidad internacional. Y también hay que tener presente que Hamás está financiado por Irán, e Irán tampoco quiere que estos acuerdos se lleven a cabo, porque Arabia Saudí es su principal rival en la región.
P: ¿De qué depende que Arabia Saudí entre en los Acuerdos de Abraham?
R: Arabia Saudí ha puesto cuatro condiciones. A EE.UU. le ha puesto tres: la firma de un acuerdo militar de asistencia mutua, la venta de armamento potente y de tecnología, sobre todo el avión F-35, y una cosa que es muy sensible; el desarrollo de energía nuclear. Arabia Saudí lo que quiere es desarrollar energía nuclear para producir electricidad y no tener que utilizar el 25% de su petróleo para satisfacer sus necesidades internas. Y ahí viene lo sensible, Irán quería lo mismo y como es un Estado poco fiable, al ser islamista, extremista y enemigo de EE.UU.; el peligro es que desarrolle energía nuclear para crear una bomba nuclear. Como Irán no permitía que los inspectores de la Organización Internacional de la Energía Atómica fueran para comprobar que eso que estaban desarrollando era estrictamente para fines pacíficos, le impusieron unas sanciones tremendas, que han causado un daño a la economía iraní muy importante. Eso a Irán le causa inestabilidad social. Irán lo entiende como un agravio, porque Arabia Saudí tampoco es que sea mucho más fiable; también es un Estado de corte islamista y que ha financiado actos terroristas. Al Qaeda estaba financiado por Arabia Saudí.
A nivel geoestratégico en Oriente Medio hay dos grandes potencias: Irán y Arabia Saudí. Ahora mismo, aunque pasan cosas entre ellos hay un equilibrio. Nunca se han enfrentado directamente porque eso desembocaría en una guerra muy gorda. Irán lo que dice es que si Arabia Saudí firma esos acuerdos con Estados Unidos, va a perder todo el poder de disuasión.
“La razón de ser de Israel es proteger a sus ciudadanos, por eso surgió después del Holocausto”
P: Y si Netanyahu ataca de forma desmesurada, como ha dicho, ¿cómo reaccionaría la opinión pública israelí?
R: El Gobierno de Israel no va a hacer nada que ponga en peligro la vida de los rehenes. El Estado de Israel no puede permitirse una guerra, porque no puede permitirse perderla, eso significaría su desaparición. Para ellos la vida de sus ciudadanos es sagrada. Hace más de diez años Hamás secuestró a un soldado, Guilad Schalit, e Israel liberó a 1.100 prisioneros palestinos a cambio de su soldado. La razón de ser del Estado de Israel es proteger a sus ciudadanos, por eso surgió después del Holocausto, éste fue la prueba de que los judíos necesitaban un Estado para protegerse a sí mismos. Lo que va a intentar el Gobierno es equilibrar sus acciones dentro de la Franja y a la vez contener y controlar lo que está pasando en el sur con los rehenes. Y negociará, pero a cambio de vida, o sea; los rehenes israelíes por los prisioneros palestinos que estén en las cárceles.
P: En esta guerra hay un primer bloque en el que están los implicados directos, que son Israel y Hamás. Sin embargo, entran en juego otros países árabes y también Estados Unidos y Rusia. ¿Cuáles serían los dos bloques y sus objetivos?
R: Es un poquito más complicado que hablar de dos bloques, porque a veces, y además en Oriente Medio; las alianzas cambian mucho. Irán, que ahora es el enemigo número uno de Estados Unidos, era su principal aliado hasta 1979. Israel no era su aliado, hasta después de la guerra de los Seis Días. Egipto no era un aliado de Estados Unidos hasta el año 1979. A partir de entonces, es el segundo país que más ayuda militar recibe, después de Israel. Las alianzas van cambiando.
Si se pudiera reducir, ahora mismo está el bloque iraní en el que se unen Siria, Líbano y una parte de Irak, el arco chií controlado por Irán. Y luego están los países que han normalizado las relaciones con Israel, sobre todo Egipto y Jordania; porque hacen frontera con Gaza y no les interesa que los terroristas de ahí pasen a su territorio. Y luego están los países del Golfo, que tampoco van a hacer nada que ponga en peligro su alianza con los EE.UU. 
P: Debido a todas estas alianzas, ¿podría desembocar este conflicto en una tercera Guerra Mundial?
R: Rusia tiene una posición ambivalente, porque se llevaba muy bien con Israel y no se ha posicionado del lado palestino. Lo que ha dicho es que hay que practicar la contención. Esto es muy hipócrita por su parte, porque en Ucrania no aplica la contención. Pero el peligro ahí está, en si el conflicto se escala y quién se va a implicar en él. Rusia es aliado de Siria. De hecho, Rusia apoyó a Bashar al-Assad, el presidente sirio, en la Guerra Civil y a cambio los sirios le han dado un puerto en Tartús, donde Rusia tiene una base naval y el espacio aéreo sirio está abierto para los rusos. El peligro está en si en Hezbolá, que opera desde el Líbano, cruza a Siria y empieza a hacer operaciones desde suelo sirio. Los israelíes responden y eso se puede interpretar como un ataque a Siria. Y si ataca a Siria, Rusia tiene que entrar en el juego y ahí es donde puede crecer el conflicto. Y eso es lo que hay que intentar que no pase. Tampoco Israel tiene un interés en que eso pase, pero sí que no puede dejar de responder si Hezbolá ataca, porque es su obligación defender su territorio y a sus ciudadanos, como todo Estado. Va a haber mucha presión estos días para que la cosa no escale. No se le va a decir a Israel que no responda, pero sí que responda comedidamente.
P: ¿Puede haber una reconciliación como alternativa a la guerra?
R: Ahora mismo no, porque tú no puedes negociar cuando tienes a rehenes. Para negociar las dos partes tienen que sentarse en una situación de igualdad. Hasta que eso no se consiga, es muy difícil.
P: Cuando llegue el momento, ¿sería viable la solución de los dos Estados?
R: Las guerras como fenómenos son muy re-estructurantes, o sea, las guerras una vez que suceden suelen cambiar mucho el orden jurídico, el orden internacional, el equilibrio de la geopolítica… La esperanza que queda es que esta guerra como tal, una vez que finalice, convenza a los israelíes de que, aunque sean más fuertes, tienen que sentarse a negociar y que los palestinos merecen dignidad; y que se convenzan de que su seguridad pasa por que los palestinos vivan bien. Que vivan dignamente y no bajo una ocupación militar, por mucho que tú la justifiques porque hay terrorismo. La esperanza es que haya una reflexión dentro de la propia sociedad israelí y que presione a sus líderes para que mejoren la situación y no se convierta Israel en un estado aún más militarizado.
“El principal problema es ¿con quién se sienta a hablar Israel? Si Hamás gobierna Cisjordania, hay que sentarse con él; y sentarte con el que ha matado va a costar” 
P: ¿Y esto puede suceder?
R: Es una buena pregunta. He visto cosas que parecían impensables y que han acabado sucediendo. Es muy importante la narrativa que ahora se cree acerca de la guerra, porque si tú construyes el relato de que esto ha pasado porque todos los palestinos son unos terroristas y hay que acabar con ellos, eso va a radicalizar obviamente tanto a un bando como a otro.
Ahora, si tu narrativa es “esto está pasado, porque quizá nos hemos pasado un poco de tuerca presionando y apretando a los palestinos”, ahí hay más margen para la sensatez. También va a depender de la presión que hagan Estados Unidos (EE.UU.) y la comunidad internacional sobre Israel. Israel necesita a EE.UU., y éste va a tener un papel muy importante en contenerlo y en darle incentivos para que firme la paz o para que, por lo menos, se siente a hablar. Al final, Israel lo que tiene que plantearse es qué tipo de Estado quieres ser. Si quieres ser un Estado democrático o un Estado que continué con la ocupación militar. Y al final Israel tiene que plantearse, ¿quiero vivir en paz, de verdad, o quiero continuar mareando la perdiz esperando a ver si las cosas cambian? Ahora soy pesimista, porque el principal problema es ¿con quién se sienta a hablar Israel? Si Hamás gobierna Cisjordania, hay que sentarse con él; y sentarte con el que ha matado va a costar.

El orígen del conflicto israelí-palestino

P: ¿Cuándo comenzó el conflicto entre Israel y Palestina?
R: El conflicto empieza en los años 20-30 del pasado siglo. Al principio es un conflicto sobre todo de carácter socioeconómico. Aquí lo que hay son dos sociedades paralelas, una muy tradicional agrícola y pobre; y otra, que es la judía, que empieza a asentarse en Palestina, porque aquello era Palestina y ellos mismos la llamaba Palestina.
Son europeos occidentales, con dinero y educación, que llevan al país los últimos avances en tecnología agrícola, crean universidades, hasta una ópera, crean una estructura que se parece mucho a lo que es un Estado occidental. Y los palestinos sienten miedo de que al final acaben quedándose con todo, porque compran tierras para explotarlas y contratan a judíos, es decir, no se quedan con los trabajadores palestinos que han trabajado en esa tierra desde generaciones. Entonces, los palestinos pierden sus trabajos, se quedan sin su modo de vida, sienten la amenaza.
Ahí es donde se dan los primeros enfrentamientos entre las dos comunidades. Aunque en esa época está Gran Bretaña, que tiene el mandato sobre Palestina, y no deja que la cosa se descontrole. El problema viene cuando en el año 1947, las Naciones Unidas votan la resolución de la partición de Palestina y todos los Estados árabes votan en contra de tener que ceder territorio a los judíos, porque piensan que si el problema del Holocausto pasó en Europa, Alemania y Europa deberían de solucionarlo. Entonces, sale el voto a favor de la comunidad internacional y, en principio, esa resolución establece que tienen seis meses para formar cada uno su propio Estado. Al cumplirse el periodo, Israel declara unilateralmente la independencia del Estado y al día siguiente, cinco Estados árabes entran en guerra con él (Egipto, Siria, Líbano, Jordania e Irak). Y esa es la primera guerra que tuvo lugar en 1948. A raíz de esa guerra, Israel ocupa más territorio de lo que las Naciones Unidas le había dado. Pero nadie lo cuestiona. El problema viene años después, en 1967, cuando Israel lanza una guerra preventiva, porque empieza a recibir información de su inteligencia de que Egipto se está rearmando, de que ha hecho un acuerdo de defensa con la Unión Soviética, quien le está vendiendo armas y mandando soldados a entrenar a sus tropas. Además, Egipto firmó un acuerdo de defensa mutua con Jordania y con Siria. Israel empieza a ver que están preparando una guerra en contra ellos y lo que hace es ganar tiempo, en vez de permitir que éstos se hagan con el control de esas armas que empiezan a llegar de la Unión Soviética, ataca antes y lanza una guerra. En seis días conquistan muchos más territorios, llegan al Cairo, a Damasco en Siria. Se anexionan los Altos del Golán, Cisjordania, que estaba bajo la soberanía de Jordania, y Gaza, que estaba controlada por Egipto. Israel conquista en seis días todo y sale de esa guerra muy reforzado. Y surge el problema de los territorios, ¿y ahora qué hacemos con esto? Deciden quedárselos, porque si en un futuro se firma la paz, es una buena moneda de cambio, paz por territorios: “Aceptas que yo estoy aquí para quedarme, que tengo un Estado legítimo y yo a cambio te doy estos territorios”.

“Los palestinos cuando reclaman sus derechos, los reclaman con razón”
Lo que pasa es que ese momento nunca llegó. Los israelíes mantuvieron la ocupación, que primero fue una ocupación militar y luego un Gobierno militar y entonces Israel se dividió en dos. Una cosa es cómo Israel gobierna dentro de Israel, que es una democracia, y otra cosa es cómo gobierna en los territorios ocupados, que es a través de un Gobierno militar sin garantías, sin derechos fundamentales. Y esa es la situación que Israel ha mantenido desde el 67, a lo que se ha añadido que hay grupos dentro del judaísmo que son mesiánicos y que tiene idea de recuperar la tierra histórica y, además, que empiezan a montar colonias en toda Cisjordania y empiezan a expropiar propiedades privadas de palestinos; empiezan a crear pueblos rodeados por carreteras que sólo controla Israel. Deshacen territorialmente Cisjordania, son islitas, son ciudades cuya conexión las controla Israel, porque es el que controla las carreteras. Eso es Palestina. Hoy en día no tienen una continuidad territorial. Todo está controlado por Israel y, además, bajo un Gobierno militar. Eso significa que, si Israel recibe inteligencia sobre algo, entra al pueblo que sea, entra a la casa que sea, detiene al sospechoso y se lo lleva sin dar explicaciones. Si tú quieres trabajar o ir a estudiar fuera, necesitas un permiso y necesitas pasar todos los días por un puesto de control. Te tratan como a un sospechoso. Eso es la vida de todos los palestinos. O simplemente el Estado decide que Jerusalén no tiene capacidad suficiente para albergar a toda la población y que necesita construir más viviendas y expropia las propiedades, expropia tu casa y construye la suya. Los palestinos cuando protestan, protestan con razón; cuando reclaman sus derechos, los reclaman con razón.
Además, según el derecho internacional, tú no puedes anexionarte territorio. Israel dice que no se lo ha anexionado, dice que los vigila porque son el enemigo. Por eso Israel no es un Estado que se acoge a la legalidad internacional.
P: ¿Cómo se hace Hamás con el control de la Franja de Gaza en detrimento de la Autoridad Nacional Palestina?
R: En el año 2006 se celebraron unas elecciones en las que Hamás fue el partido más votado. Lo que pasa es que Hamás es un partido islamista, que lo que quiere es imponer la sharía. Pero no llegó a formar Gobierno porque la Autoridad Nacional Palestina (ANP) estaba en contra y la comunidad internacional hizo la vista gorda. Entonces, en el año 2007 Hamás da un golpe de Estado y expulsa a la ANP de Gaza. No los expulsa, los mata. Los otros, claro, salen huyendo.
“Hamás tiene mucho apoyo popular porque al final tú dependes de Hamás para sobrevivir”
P: ¿Cuál es la opinión de la población palestina respecto de Hamás?
R: Si estás en Gaza no puedes pensar mucho, porque Gaza es una dictadura y gobierna Hamás; y no hay más partido que Hamás y es el que controla todo: los suministros, el dinero... Es un Estado de partido único. Entonces, no hay libertad de pensamiento, ni libertad de prensa, nada. Entonces, por mucho que tú estés en contra, no te queda otro remedio que acatar, tienes miedo.
Pero al mismo tiempo, Hamás tienen un apoyo popular muy amplio, porque están en la calle resolviendo los problemas de la gente. Ofrecen educación, un sistema de salud pública... Por ejemplo, Hezbolá en el Líbano tiene hasta cooperativas con productos a precios muy bajos. Entonces, a la gente le resuelve sus problemas más inmediatos y por eso tienen mucho apoyo popular, porque al final tú dependes de Hamás para sobrevivir.

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