Cactus. Un desierto con cactus, una casa rodeada de cactus y hasta los capítulos separados por cactus. La “atmósfera asfixiante” de cactus envuelve la nueva obra de
Paul Pen, titulada, como no podía ser de otra manera,
La casa entre los cactus. El tercer libro del Alumni (Com. Audiovisual 2002) de la
Universidad Francisco de Vitoria (UFV) acaba de llegar a las librerías después de dos años en el horno y de un viaje por la península de Baja California (México), terreno desértico culpable del repentino gusto del autor por la planta verde, seca y espinosa. Su nueva novela negra se estrena el mismo día que comienza el rodaje de la película de su primer libro,
El aviso, dirigida por Daniel Calparsoro, y con Raúl Arévalo como protagonista. Paul Pen ve “películas en sus libros”, aunque por ahora solo se puede averiguar qué ocurre en esa casa entre cactus como se ha hecho siempre… ¡leyendo!
¿En qué se ha inspirado para escribir esta novela?
Me he inspirado en un viaje que hice por México, por la península de Baja California, tardé 11 días en recorrerla de norte a sur. Es uno de los estados más deshabitados de México, es casi puro desierto y me quedé fascinado con el paisaje: desierto con cactus de estos grandes que salen en las películas del Oeste. Lo que me llamó la atención es que, en esta inmensidad del desierto, de repente, aparecía una casa. Entonces me preguntaba: ¿quién puede vivir ahí? y ¿qué ocurriría dentro de esas casas? Pensé en que podía ser interesante situar una historia ahí porque en esa casa podría pasar de todo y ahí surgió.
¿Por qué el título: La casa entre los cactus?
Es literal, es un título que define exactamente el paisaje. La novela transcurre en cuatro días, en tiempo lineal, y no se cambia de escenario. El libro ni siquiera está dividido en capítulos, sino únicamente separado por cactus. Forma parte de la atmósfera asfixiante de que todo está rodeado por cactus.
Comenzó a escribir la novela en 2015, ¿ha habido cambios significativos en el planteamiento original de su novela respecto a lo que se ha publicado: personajes, localización, trama…?
Yo no me pongo a escribir hasta que no tengo una idea clara. Tengo el germen de la idea y luego le voy dando vueltas. Con este libro decidí que fuera un matrimonio con cinco hijas que tuvieran nombres de flor y que luego llegara un extraño, que la realidad se metiese de lleno en la casa mediante Rick. Es verdad que cuando escribo encuentro cosas que me sorprenden, pero cuando me pongo a escribir tengo claro el inicio y más o menos lo que ocurre en el desarrollo y el final.
¿Tiene algo que ver que, al igual que en El brillo de las luciérnagas, la familia este aislada del mundo?
Es coincidencia o no. Simplemente a mí, por alguna razón, me interesan este tipo de historias, familias que se salen de la normalidad. No es coincidencia, pero tampoco es algo buscado. Familias con grandes secretos y aisladas del mundo real.
¿Para quién escribe Paul Pen?
Escribo para mí. Primero escribo una historia que yo me imagino leyéndola. Estoy pensando en los lectores, sé que tengo un tipo de lectores que se va acostumbrando al tipo de material que yo escribo, pero confió en que, si me gusta a mí, al igual que El aviso y El brillo de las luciérnagas, tengo casi la certeza de que le va a gustar también a mis lectores y esto me ha pasado también con La casa entre los cactus.
¿Considera que forma parte de alguna generación de escritores?
No, no, porque estoy en un terreno un poco… España es muy rica en literatura, tenemos un pasado muy rico. Eso tiene una parte muy buena, pero también tiene cierto peso que hace que entendamos la literatura únicamente de una manera muy clásica, de calidad literaria. Creo que hay que entender que la literatura es entretenimiento también. Una no quita a la otra, ambas pueden coexistir, en EE.UU. y otros países tienen muy asumido lo de la literatura del ocio o del entretenimiento, y yo me siento muy identificado con esa literatura, pero aquí la gente es un poco reaccionaria: literatura de calidad o de poca calidad.
“EE.UU. y otros países tienen muy asumido lo de la literatura del ocio”.
¿Qué relación tienen la novela negra con la vida?
Es la vida. Creo que todas las novelas, incluso en la ciencia ficción, porque al final la novela se mueve por personajes y los personajes se mueven por motivaciones y deseos, y eso es algo muy humano. Tiene que ver mucho con la vida. Lo que va a enganchar al lector es que ese personaje tenga una motivación. Creo que toda la literatura es vida, nos gusta leer porque nos enseña algo de la vida.
¿Cuáles son los ingredientes imprescindibles para escribir una buena novela negra?
Yo diría suspense y misterio. Que haya algo que el lector no sepa y que quiera saber. Hacer que quiera que lo sepa, pero no esconderlo demasiado. Tiene que estar ahí y medio mostrarlo durante el relato para que el lector quiera quedarse contigo hasta el final.
¿Cómo ha sido la evolución de Paul Pen desde su primer libro hasta ahora?
La mera práctica te va enseñando. Cuanto más lo haces más aprendes. Yo voy acercándome a un estilo propio. Al principio, cuando uno escribe, gran parte de lo que hace es imitar a los escritores que le gustan, es algo inevitable. Yo empecé a escribir porque me gustaba leer, quería escribir algo que me hiciera sentir lo mismo que me habían hecho sentir los autores que yo leía. No los imitaba, pero sí me influían. Mi estilo en El aviso era una mezcla de todo lo que me gusta y todo lo que he leído, pero poco a poco vas encontrando otras cosas que te gustan y que surgen de ti de manera más natural. Pierdes el miedo a que te puedes limitar a ello y puedes confiar en tu estilo. A media que escribes vas ganando seguridad y confianza en tu estilo.
¿Están relacionados sus libros con su vida personal o profesional?
El aviso surgió en una rotonda cerca de la UFV y esta tercera surge de un viaje personal, pero el segundo, El brillo de las luciérnagas, parte de una noticia, de un caso real que me dejó fascinado y lo retorcí y escribí la novela. Por lo tanto, no parten de historias personales. Lógicamente, habrá cosas mías, pero inicialmente no me baso en mi vida ni hay personajes que se parezcan a personas que conozco, son bastante estrafalarios los de mis libros. Son ideas que surgen asociadas a momentos de mi vida, no están basados en mi vida.
En la anterior entrevista que le hicimos, nos dijo que en un futuro quizá cambiaría de género, ¿qué le aporta la novela negra que no podría aportarle ahora mismo otro tipo de género?
Creo que me aporta seguridad porque considero que el misterio y el suspense son una buena manera de enganchar al lector. El misterio es un cebo fácil para picar al lector, aunque no es fácil de hacer. Podría cambiar al género drama porque me interesa y mis novelas tienen mucho. Creo que en algún momento me atreveré a escribir una novela de drama, que no tenga especial suspense, sino que simplemente sea un drama humano. Lo escribiré cuando confíe suficientemente en mi capacidad de escritor para que, sin que pase gran cosa, consiga el mismo efecto que consigo con mis novelas de misterio.
“El misterio es un cebo fácil para picar al lector, aunque no es fácil de hacer”.
¿Continúa escribiendo con la intención de que sus novelas se plasmen en la gran pantalla?
Sí, me sale así, aunque escribo, yo veo imágenes y, de hecho, se nota en mis novelas. Aparte de que son muy visuales, la presencia del paisaje en la última es muy cinematográfica. Cuando yo escribo, yo lo que veo son planos, veo películas en mis libros.
En la última entrevista nos dijo que el día en que pudiera vivir de su literatura sería un gran día, ¿ha llegado ese momento? Si no es así, ¿con qué proyectos compagina su carrera como escritor?
Está llegando y espero que llegue pronto. Ahora mismo compagino con televisión. Trabajé en prensa y, de hecho, la primera novela salió cuando trabajaba ahí. Ahora lo compagino con los programas de televisión. Como son intermitentes, es decir, empiezan y acaban, estoy tres meses con un programa y luego otros seis meses me quedo libre y puedo escribir porque no me piden un compromiso anual.
¿Está pensando ya en su próxima novela?
Sí, la tengo en mente y creo que ya estoy listo para empezar a escribir.