Accede y aprovecha todas las ventajas
Después de unos días en un Seminario Sócrates del Aspen Institute y Fundación Telefónica discutiendo de lo divino y lo humano, uno no puede dejar de preguntarse algo mucho más pedestre: ¿Por qué los españoles callamos siempre?
Es una pregunta que acosa a todo aquel español que viva o viaje a EE. UU. En ese país se tiene casi como una obligación participar en las clases, en los debates, y hacer preguntas en las conferencias.
En España es más bien al contrario. En la lejana época geológica en la que los dinosaurios merodeaban por la Tierra y yo iba al colegio, el que preguntaba en clase era un niño con tendencias masoquistas que sabía que en el recreo iba a ser acusado -tal vez de la manera más física posible, o sea, repartiéndole leña- de pelota, empollón, y sabelotodo. Por no hablar de la mirada que le habría dirigido el docente al levantar la mano, acusándole de falta de respeto a la autoridad. Nadie en EE. UU. sale de una conferencia preguntando a la gente: «Oye, mi pregunta se entendió, ¿verdad?». No lo preguntan porque da igual.
Continúa leyendo "El arte de preguntar" en el sitio original.
Javier de la Rosa, profesor de la UFV y director de Mirada 21, analiza la presencia de terroristas en las listas de EH Bildu para las elecciones del próximo 28 de mayo. Leer más
José Maria Rotellar, economista y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, analiza las nuevas medidas en el IRPF que ha aprobado el Gobierno. Leer más