El independentismo que cae bien

La memoria humana funciona de una determinada manera y para sacarle el máximo partido hay que saber usar las estrategias adecuadas. Vamos a bucear en sus estructuras y reglas de operación para entender cómo ha sido posible que Artur Mas haya llevado tan lejos su proyecto secesionista, situándolo al nivel de los mejores productos publicitarios de la historia.

En primer lugar, los registros sensoriales nos permiten percibir información del exterior alargando la duración de lo que percibimos durante un periodo breve de tiempo. Parte de esa información se pierde pero otra parte pasa a la memoria operativa, también llamada a corto plazo, de capacidad limitada, pero donde ya se efectúa un procesamiento consciente y activo. A partir de aquí hablamos de cuatro sistemas de memoria de almacenamiento a largo plazo: el de representación perceptiva que opera con la información que percibimos (forma y estructura de palabras y objetos), la memoria procedimental para la adquisición de destrezas, la memoria semántica que retiene el conocimiento general del mundo, y la memoria episódica de las experiencias personales de la vida que nos proporciona una identidad.

Ahora bien, para que una idea política pueda aprenderse es necesaria la presencia de algunas variables propias de los procesos de retención como la atención, la conciencia, la motivación, la intención de aprender, la práctica distribuida en el tiempo, la mera repetición, un nivel profundo de procesamiento y que la información esté organizada. Detengámonos en la repetición del mensaje. En este caso, el hecho de repetir las cosas, excepto en el caso de las destrezas, no garantiza que vaya a haber aprendizaje, una persona puede haber rezado una oración antes de las comidas miles de veces pero luego falla al escribirla porque no ha habido atención. De ahí que las mejores campañas de marketing busquen un aprendizaje evaluativo, apelando a las emociones, para conseguir que el producto logre caer bien al consumidor.

Esta idea se podría trasladar al independentismo. Así, se puede explicar cómo las principales figuras del secesionismo han conseguido que muchas personas lo atribuyan a una “inmensa mayoría” en Cataluña, cuando los resultados no superan en cifras el 50% de la población.

Por último, la memoria operativa está íntimamente relacionada con la inteligencia: por ejemplo, se puede ser bueno en manipulación de imágenes y torpe en procesamiento de información verbal, es decir, nadie suele ser absolutamente tonto o absolutamente listo, sino que hay personas más aptas para unas tareas y menos aptas para otras. “Desobedecer cualquier veto del Tribunal Constitucional”, como alega Junts pel Sí, no es propio del ser humano cuya inteligencia es pura democracia.

El artículo El independenitsmo que cae bien ha sido reproducido por gentileza de Mirada21.