El sistema electoral

Estamos ante una cita electoral trascendental para España, el pueblo habla y su voluntad se traduce en resultados a través de un sistema electoral, el cual se compone de un conjunto de normas que dimanan de la Constitución y se desarrollan en la ley electoral. Nuestro sistema electoral no está cuestionado en cuanto a sus resultados. Desde las primeras elecciones, las fuerzas políticas siempre los han aceptado y esto ha fortalecido nuestra democracia. En cuanto al concreto modelo, no ocurre lo mismo y, de vez en cuando, se plantea la reforma del sistema.

Unos critican el excesivo peso de los partidos nacionalistas, otros desean que el sistema sea más proporcional y otros que se convierta en un sistema mayoritario tradicional de doble vuelta. Respecto al excesivo peso de los partidos nacionalistas, en mi opinión, la trasformación del sistema electoral no es la solución. El peso de estas fuerzas se lo otorgan en definitiva el partido político nacional que pacta con aquellas, de tal forma que si los partidos mayoritarios alcanzaran acuerdos de Estado, poco peso político les restaría.

Los sistemas mayoritarios o proporcionales son igual de democráticos, pero ambos parten de presupuestos distintos y ofrecen resultados diferentes. El sistema electoral proporcional, como el nuestro, se basa en circunscripciones electorales de tamaño medio y la elección de un número determinado de parlamentarios en cada provincia, siendo importante el peso de los partidos políticos más que el de las personas, dificultando que un partido obtenga la mayoría de los representantes de la circunscripción.

En el sistema electoral mayoritario las circunscripciones son más pequeñas y se vota más a las personas que a los partidos políticos, ya que sólo se elige a un representante, el que tiene mayor número de votos, generalmente en una doble vuelta en donde se elige entre los candidatos que han obtenido determinado porcentaje de votos.

Pareciera que en el sistema proporcional el peso de los partidos políticos y del consenso es mayor, mientras que en el sistema mayoritario el poder se decanta por una de las opciones políticas. Se dice que los sistemas mayoritarios dan mayor estabilidad política y los proporcionales exigen mayor consenso político. En cualquier caso, todo dependerá de la responsabilidad, seriedad y del grado de compromiso con el bien común de los políticos con independencia del sistema.