"Apuesto por una contranarrativa del relato yihadista para evitar la captación masiva de occidentales"

Alejandro Requeijo, periodista experto en Seguridad, Interior y Terrorismo de la agencia Europa Press y miembro de Corresponsales de Paz, participó como ponente en la mesa redonda Terrorismo y medios de comunicación, celebrada en el marco de las II Jornadas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que tuvieron lugar en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). El antiguo alumno estuvo acompañado por el periodista Juan Baño, experto en Terrorismo del Grupo COPE, y Carmen Ladrón de Guevara, miembro de la AVT. 

Durante su intervención, Requeijo comentó, desde el punto de vista periodístico,  cómo era vivir con “una ETA que mata” y la diferencia que existe ahora que la banda terrorista está desarticulada. La importancia y el tipo de fuentes que se utilizan durante las investigaciones periodísticas fueron dos de los temas clave del discurso del antiguo alumno quien, tras el final del coloquio, comentó con Corresponsales de Paz algunos aspectos sobre el periodismo de seguridad.

¿Cómo se hace periodismo de seguridad hoy en día?
Nos apoyamos básicamente en unas fuentes de información que vienen de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, jueces y fiscales, porque es muy difícil tener fuentes directas en las bandas terroristas, ya sea ETA o, ahora, Estado Islámico.

Luego están las fuentes abiertas como las cuentas en Twitter, en las que puedes leer los mensajes que ellos colocan y a través de los cuales quieren difundir sus ideas, señalan objetivos, etc.

Hay muchos analistas, también en el mundo de la Universidad, que llevan años trabajando en ello y, en muchos casos, son de gran utilidad para el periodista porque nos ayudan a comprender muchas cosas de ese mundo que en un primer momento son incomprensibles.

¿Qué diferencias hay entre el terrorismo de ETA y el yihadismo?
Cambian bastantes cosas: desde el modus operandi de un atentado en el que ETA necesitaba organizar la huida, y si no se suspendía el plan; a un tipo de terrorismo en el que morir en el atentado forma parte del plan.

Además de eso, la manera que tienen de organizarse. Por ejemplo, ETA era una banda muy jerárquica con unas instituciones muy claras, unos comandos, un jefe militar, utilizando la terminología de ellos. Los atentados respondían a una instrucción concreta, un día concreto, un objetivo concreto, una intencionalidad concreta, mientras que en el mundo del yihadismo estos intereses son más difusos. Responden muchas veces más al propio interés de un lobo solitario que siente la llamada de hacer la Yihad, y eso es lo que nos está obligando a los periodistas, y en parte también a la sociedad, a cambiar un poco el chip. Antes teníamos una amenaza más localizada y más conocida, más previsible en algunos casos y, con el mundo del yihadismo, estamos todavía en ello.

¿Cómo se cubre la información sobre células yihadistas en España?
Hay, por así decirlo, dos formas de informar sobre yihadismo. Diferenciaría entre las investigaciones que nos atañen a España, es decir, Policía y Guardia Civil, que investigan los movimientos yihadistas en España y los procesos de radicalización. Por otro lado, están las investigaciones sobre lo que pasa donde está el meollo: Siria, Irak, y el lugar en el que a día de hoy se asienta el Estado Islámico. Es muy difícil que los países consigan meter agentes de inteligencia allí y, por lo tanto, que los periodistas tengamos información in situ de lo que está pasando. Otra cosa son las investigaciones que hay aquí en España. Gracias a esas investigaciones sabemos cómo funcionan y cómo se organizan, pero evidentemente la manera de acercarse cuando se ha producido una operación es recurrir a esas fuentes de las que he hablado antes.

¿Por qué no es usted corresponsal de guerra?
Si no soy corresponsal de guerra allí es porque antiguamente, hace 40 años cuando aquello tenía todo el halo romántico del corresponsal de guerra, tú te ibas a un país en conflicto con una máquina de escribir y eras el rey del mambo. Ahora llegas allí con un ordenador portátil y resulta que hay 30 como tú que llevan muchos más años que tú y que tienen que trabajar en unas condiciones muchas veces precarias. Pero sí, me gustaría ser corresponsal en Jerusalén que para mí es la capital mundial del periodismo.

¿Se puede acabar con el Estado Islámico?
Sí, por supuesto. Soy optimista, creo que se puede acabar desde un punto de vista operativo. En un primer momento hay gente que defiende la postura de meter botas sobre el terreno, es decir, una invasión militar, y luego están los que apoyan los bombardeos. Soy optimista a largo plazo pero creo que lo que estamos haciendo ahora los países extranjeros es pasarse la patata caliente los unos a otros, lo cual creo que no va a dar resultados a largo plazo.

Pero, ¿tiene solución?
La reconciliación entre chiíes y suníes no la contemplo, pero sí que Estado Islámico deje de ser la amenaza que es hoy, apuesto por una contranarrativa del relato yihadista para evitar la captación masiva de ciudadanos occidentales que sientan algún tipo de atracción por ir a Siria a hacer la Yihad. Creo que eso sí que se puede, más o menos, conseguir y vamos por buen camino.

En el siguiente vídeo Alejandro comparte su experiencia laboral y recuerda su paso por la UFV.