Para aclarar la situación política y legal de Cataluña tras las últimas elecciones, y valorar los próximos pasos que darán los partidos políticos regionales catalanes y el Gobierno de la nación, hemos hablado con el prestigioso jurista
Jesús Miguel López Nieto, Doctor en Derecho y profesor de la
Universidad Francisco de Vitoria Madrid. Esto es lo que nos ha contado:
¿Se puede iniciar un proceso independentista con una mayoría de escaños pero sólo el 48% de los votos en unas elecciones?
A mi modo de ver, para poder iniciar un proceso de estas características es necesario valorar no sólo el número de escaños obtenidos, sino también el número de votos. Los resultados electorales obtenidos por las diferentes candidaturas catalanas son elocuentes: el número total de votos emitidos ha sido de 4.115.807 (77,44% del censo); Junts pel Si ha obtenido 1.620.973 votos (39,54%), y la CUP 336.375 votos (8%). Lo que supone haber recibido ambas fuerzas políticas un total de 1.957.348 sufragios. Parece, por tanto, que la sociedad catalana ha hablado claramente, en términos reales, en contra del proceso independentista, a pesar de haber obtenido una mayoría de escaños, debido a las peculiaridades de cálculo de la ley electoral. Por ello, entiendo que no existe legitimidad suficiente para iniciar un proceso independentista.
¿Puede bastar el deseo independentista para que dos ideologías políticas tan dispares como CIU y CUP se entiendan en el gobierno de Cataluña?
Conviene hacer una precisión: CIU es una federación de partidos disuelta en este año. Convergencia Democrática de Cataluña (con Artur Mas) y Unión Democrática de Cataluña (con Josep Antoni Durán i Lleida) han tomado caminos separados. En este sentido, Convergencia Democrática de Cataluña ha concurrido a las elecciones en coalición con Esquerra Republicana de Catalunya, Demócratas de Cataluña y Moviment d’Esquerres, formando Junts pel Si. Por su parte, el partido de Durán i Lleida (Unión Democrática de Cataluña) no ha obtenido representación en estos comicios.
Volviendo a la pregunta planteada, creo que no basta sólo querer la independencia para que JxS y la CUP se entiendan a cualquier precio. Es cierto que el juego democrático permite el entendimiento entre candidaturas, del signo que sean; ahora bien, estamos ante un problema: el posible fraude a los votantes de JxS, puesto que estamos ante dos formaciones políticas de ideología muy dispar, y no tiene sentido que la formación de Gobierno dependa de un partido que ha obtenido tan sólo el 8% de los votos.
La no aceptación de Mas como presidente por parte de la CUP ¿es una demostración de que en realidad estas dos facciones no se entienden? ¿Cómo se pueden pactar unas reglas de juego con un partido antisistema? ¿Cómo se puede pactar con las normas de un parlamento catalán con una formación que no cree en las propias normas del parlamento catalán?