Pablo Romero, antiguo alumno de la
Universidad Francisco de Vitoria (UFV), es el editor de un nuevo medio que pertenece a esa generación de diarios exclusivamente digitales:
El Español. El periodista comparte cuál es el proyecto de esta joven cabecera, cómo es trabajar con Pedro J. Ramírez y aborda, con toda sinceridad, cuestiones trascendentales para la profesión como si el futuro es digital o si es posible que la gente pague por los contenidos.
¿Qué le movió a dejar un diario consolidado como El Mundo para emprender una aventura en un medio nuevo?
Sobre todo fue darme cuenta de que llevaba nada menos que 15 años en El Mundo. Hacía ya tiempo que lo necesitaba, de hecho. Así que, en cuanto me surgió una oportunidad atractiva, no me lo pensé dos veces. Eso sí, El Mundo fue mi casa y siempre lo será.
El Español nació mediante el sistema crowdfunding, ¿cómo se consigue una campaña de éxito y qué consecuencias tiene depender de este sistema?
Pesa mucho el nombre de Pedro J. Ramírez, que arrastra con él una parte nuclear de la historia del periodismo español de los últimos 30 años. Tiene muchos y muy fieles seguidores. El crowdfunding es una herramienta muy interesante porque te obliga a ser transparente.
¿En qué se intenta diferenciar El Español de otros diarios digitales?
En principio, queremos que nuestras historias sean propias, únicas y bien editadas. Luego, la actualidad manda…
"Pedro J. ni descansa ni deja descansar. Pero cada día se aprende algo nuevo con él”, asegura el Alumni UFV
¿Cómo es trabajar con un referente del periodismo como Pedro J. Ramírez?
Muy duro, porque él tiene un nivel de exigencia altísimo. Claro que, en general, el nivel de autoexigencia de la redacción es también muy elevado. Como dicen algunos, “ni descansa ni deja descansar”. Pero cada día se aprende algo nuevo con él, y eso es un lujo en los tiempos que corren.
Hay voces que aseguran que el futuro del periodismo está solo en la web. ¿Está usted de acuerdo?
Pues no tengo ni idea, la verdad. No me gusta adivinar cosas. Veo que hay revistas en papel muy interesantes en las que, honestamente, se está haciendo el mejor periodismo actualmente.
¿El periodismo actual cuánto tiene de contar historias y cuánto de venderlas?
Hay que vender para comer. Eso es así. Creo que si la historia es buena, se leerá seguro. Otra cosa es que se saque dinero de ella. Hay temas interesantísimos, por ejemplo algunos sectoriales (aeronáutica, ingeniería, cultura contemporánea…) que son para una minoría. ¿Pueden venderse para hacerse sostenibles? No lo sé.
¿Cómo se consigue que la gente pague por contenidos, cuando existe la cultura de que en Internet todo es gratis?
Si lo supiera, ¡estaría forrado! Creo que la gente paga por aquello que cubre una necesidad y mediante el pago de un precio razonable lo obtiene de forma cómoda. Los alimentos, por ejemplo la fruta, en principio son gratis: uno planta un árbol, espera años y puede obtener peras. Pero pagas por ellas porque es indudablemente mucho más cómodo que te lo traigan a la tienda de debajo de casa.
En el caso de la información, no tengo nada claro que se cubra una necesidad tan importante como el comer. Y, además, es extremadamente abundante, con lo que se cumple la regla económica: a menos escasez, menos precio. Si el producto tiende a infinito, el precio será casi cero. No obstante, sí creo que uno puede llegar a pagar por ella bajo la idea de pertenencia a un club que sostiene una prensa libre, veraz y honesta, transparente y combativa, impecablemente editada y cómoda para el que paga. Eso hoy, desgraciadamente, no existe.
Qué prima más en El Español: ¿la calidad en la redacción o que los contenidos estén estructurados y escritos en función de criterios SEO?
Desgraciadamente lo segundo, aunque según en qué casos; los reportajes son una honrosa excepción. Esto es así porque las estructuras económicas priman el volumen sobre la segmentación de audiencias. Es un efecto secundario de estar en manos del buscador.
¿Cuáles son los retos a los que hace frente como editor de este diario?
Sobre todo tratar de ofrecer una información honesta y veraz, además de entretenida.
¿Cuál es su referente en el mundo del periodismo?
Me encantaría tener uno. Eso es lo malo de ser periodista escéptico.
¿Qué es lo que más recuerda de su paso por la UFV?
Los laboratorios. Pasé como becario por todo ellos: radio, tele, fotografía (¡analógica!). Me encantaba estar allí y ayudar a mis compañeros a hacer sus prácticas.
¿Qué aprendió en la UFV que le haya servido en el día a día?
Claramente, documentación. Es básico. Si no sabes qué y dónde buscar, estás perdido. El contexto es fundamental, casi tanto como la noticia en sí.
¿Qué consejo le daría a un alumno de la UFV que estudie Periodismo?
Que lea todo lo que pueda. Leer es más de la mitad de nuestro oficio.