El Trastorno de la Conducta Alimentaria, conocido como TCA, es la enfermedad psiquiátrica con mayor índice de mortalidad entre sus afectados. Actualmente, en España hay 400.000 casos diagnosticados, 300.000 de ellos son jóvenes de entre 12 y 24 años. La personalidad, el entorno, el aislamiento, los miedos… Estas son algunas de las causas que pueden llevar a una persona a desarrollar un TCA. Pero en los últimos años, la tecnología se ha convertido en un factor diferenciador. Paradójicamente la población está más conectada, pero más aislada.
Estudios como el del Instituto de Trastornos Alimenticios establecen una relación clara entre el uso de las redes sociales y el desarrollo de los TCA. En primer lugar, afecta la edad a la que la persona empieza a usar las redes sociales. Aunque en España la legislación prohíbe el acceso a los menores de 14 años, la realidad es que esto casi nunca se cumple.
Estas plataformas suponen también que, cada vez más, nuestra intimidad se convierta en extimidad
Según una encuesta realizada por el INE en 2019, el 94,9% de los jóvenes empieza a usar las redes sociales entre los 10 y los 15 años. Este es el caso de María (cuyo apellido prefiere dejar en el anonimato), expaciente diagnosticada de TCA que empezó a usar Facebook con tan solo 9 años y de Claudia Lera, que entró en Instagram a los 15 años.
En muchas ocasiones las redes sociales también son el medio a través del cual se acaban conociendo los TCA, debido a movimientos como los de Ana y Mia, muy en auge hace algunos años y que fomentaban precisamente la anorexia y la bulimia. También puede servir como “vía de escape” para publicar y expresar ahí aquello que la persona que padece el trastorno alimentario no comunica en su día a día o a su entorno próximo. Encuentran ahí una forma de retroalimentar su enfermedad.
Por último, estas plataformas suponen también que, cada vez más, nuestra intimidad se convierta en extimidad. Este término, acuñado por el filósofo Jaques Lacan en el siglo XX, hace referencia a cómo la sociedad se expone cada vez más y muestra en redes sociales todo lo que antes se vivía sin tener que exhibirlo. La generación actual busca tener una reputación en redes y si no la tiene parece que no existen. Vivimos más para mostrar que para vivir.
El periodista, profesor de la UFV y autor del libro
Me desconecto, luego existo,
Isidro Catela, hace referencia a esto al hablar de la
“generación selfie”, y de cómo esos jóvenes se enfrentan “a sus inquietudes conectándose a internet”. Todo ello se ve aún más propiciado por el gran miedo del ser humano:
la soledad. Claudia Lera coincide en que los pacientes de TCA tienden a encerrarse aún más en sí mismos y, por tanto, esta soledad es aún mayor. Por ello, asegura la psicóloga y humanista
Maria José Valiente Nevot que la familia es un factor clave a la hora de recuperarse de un TCA. Es importante para los pacientes saber que no están solos, aunque la propia enfermedad les haga aislarse aún más.
En Corresponsales de Paz analizamos qué relación hay entre las redes sociales y los Trastornos de la Conducta Alimentaria, pero también cuál es la verdadera herida del hombre detrás de todo ello.
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