Accede y aprovecha todas las ventajas
Virginia Pérez de la Puente se considera amante de la radio y de los libros, y estos dos “amores” le han correspondido. Después de estudiar Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria, trabajó en Radio Nacional de España y fue la voz del programa Hoy por Hoy Mérida de Cadena Ser durante seis años.
Comenzó a escribir con tan solo 12 años, por eso no es de extrañar que sea una reconocida escritora de fantasía, autora de libros como Elegida de la Muerte, El sueño de los muertos, Mi alma por mi rey y Entre las dos orillas. Virginia comparte su labor como escritora de literatura fantástica, sus retos y proyectos de futuro.
Estudió Periodismo y lo ejerció durante varios años, aunque ahora está dedicada por completo a la escritura. ¿Cómo dio el salto?, ¿se ve volviendo a ejercer de periodista?
Por supuesto que sí. Lo dejé un tiempo por circunstancias ajenas a mi voluntad, pero el periodismo, y sobre todo la radio, es algo que engancha y que no se puede dejar durante demasiado tiempo. Di el salto por accidente... Yo llevo escribiendo ficción desde que era niña (con mayor o menor éxito, eso es cierto) y fue casualidad que me publicasen mi primera novela poco antes de abandonar el periodismo de forma temporal. Ahora, sin embargo, estoy entrando en esa etapa en la que, si bien sigo escribiendo a diario (porque esto es algo que no se puede dejar, aunque se quiera), sí tengo otra vez ese escozor que me dice que va siendo hora de volver a buscar trabajo en un medio de comunicación. Lo bueno es que mis dos vocaciones o amores no son incompatibles, sino que se complementan muy bien.
"El género fantástico permite reflejar la realidad con mucha más libertad"
¿Por qué optó por la literatura fantástica?
Por dos motivos. El primero, que fue una novela de fantasía la que me empujó a empezar a escribir, allá por cuando mi edad se contaba en una cifra: tendría unos nueve años cuando leí El señor de los anillos, de Tolkien, y dije: "Esto es lo que yo quiero hacer". Y eso marca, por supuesto. El segundo motivo es menos obvio para quien no haya leído mucha fantasía, y es que el género fantástico (o el elemento fantástico, porque géneros fantásticos hay miles) te permite reflejar la realidad con mucha más libertad. El mito de que la fantasía sirve como método de evasión no es más que eso, un mito. Un autor que se dedique a crear mundos en vez de usar el nuestro, tiene una libertad ilimitada para plasmar en ese mundo todos los temas, problemas, polémicas, injusticias, situaciones sociales (históricas o actuales), todo aquello que preocupa al ser humano y también todos los horrores que la humanidad, por el mero hecho de ser humana, lleva inscritos, de alguna forma, en su ser. Y puede reflejar eso sin tapujos y sin preocuparse ni por ofender a nadie ni por otras posibilidades más peligrosas que, a veces, ocurren.
¿Cuáles son sus mayores influencias en la escritura fantástica?
Siempre habrá un lugar en mi corazoncito para Tolkien, que fue el que me empujó a meterme en esto de escribir. Sin embargo, ahora mismo mis novelas se acercan más a la corriente actual de fantasía oscura (o Grimdark), como la de George R. R. Martin, Joe Abercrombie o Andrzej Sapkowski, que mezcla realismo histórico un poco sucio y sin adornos, un intento de asemejarse lo más posible a esa Edad Media.
¿Cómo definiría su estilo de escribir?
Es un estilo directo, pero sin renunciar a la belleza de las palabras. Igual que con el elemento fantástico (que uso para sazonar, y no como ingrediente principal), las palabras demasiado rebuscadas también pueden abrumar al lector, y no son necesarias para escribir un texto hermoso. Además, me gusta el contraste, enlazar un texto cuidado y bello en estructura y en significado con una frase coloquial o, incluso, malsonante. Y una cosa que me obsesiona es la naturalidad de los diálogos.
¿Cree que el sistema educativo de la actualidad fomenta suficientemente la lectura en las nuevas generaciones?
Creo que es más bien lo contrario. Y no solo en la actualidad, sino que viene de largo, por eso hay tanta gente de todas las edades que no lee casi nunca o nunca. Creo que el gravísimo error que los sistemas educativos vienen cometiendo desde hace décadas es el siguiente: empezar por no acostumbrar a los niños a leer a diario (sí, es cierto que los padres tienen más responsabilidad en eso que los colegios, pero igual que los niños pintan y hacen manualidades en clase ¿no podrían destinar un rato semanal a leer, como actividad de ocio y no como obligación?). Cuando los niños, que no están acostumbrados a leer como modo de ocio, alcanzan la adolescencia, se les mete de repente la obligación de leer para aprobar: primer error, porque ya cogen la lectura como una obligación, como algo costoso y no como algo que puedan disfrutar, en una época en la que son bastante rebeldes por naturaleza. Y encima no se les obliga a leer un libro que les pueda interesar y apasionar (que hay millones, anda que no se ha escrito y se está escribiendo literatura juvenil impresionante), no, se les obliga a leer, para empezar con buen pie, El Cantar de Mio Cid.
Y El Quijote. Y La Celestina, y El Lazarillo de Tormes. Libros que son importantísimos para la historia de la literatura universal, y que son joyas maravillosas, pero que, sinceramente, para un chaval de 13-14 años que jamás ha cogido un libro son una tortura (por no hablar de una obligación con el mismo estatus que estudiarse las declinaciones en latín o la tabla periódica). Así no me extraña que tantos de ellos salgan corriendo cada vez que ven un libro: lo raro es que quede alguno...
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta una escritora de fantasía?
Sobre todo, que el género fantástico está muy mal considerado, en parte por dos cuestiones que ya mencionaba antes: que hay mucha gente que cree que la fantasía es única y exclusivamente ese tipo de novelas que denominamos “dragonadas”, capa, espada, dragones, mazmorras y magos con vara (cuando va mucho, muchísimo más allá), y que se cree que la fantasía es para niños y para raros inadaptados, precisamente por ese desconocimiento del género (los géneros) que hay. Existe una fantasía para cada tipo de lector, y hay novelas fantásticas para todos los gustos.
Quizá el reto más importante sea ese: demostrar que ni la fantasía es un género menor, ni es minoritario, ni es para un grupo reducido de inadaptados sociales. Que hay un libro de fantasía para cada lector. Y que, como en todos los géneros, hay autores mediocres y hay autores que son auténticos maestros.
¿Se ha visto perjudicada por la piratería?
Claro que sí, todas mis novelas están pirateadas a los dos días de publicarse, y no hay forma de luchar contra ello (ni sé sinceramente si hay que hacerlo). Yo creo que todos nos hemos visto perjudicados en algún momento por ese tema, aunque es muy complejo, mucho más de lo que parece. Se juntan varios factores: las nuevas tecnologías, la facilidad de acceso a datos, los nuevos formatos electrónicos de lectura y el hecho de que (a mi juicio) el mercado editorial no ha sabido reaccionar ni a tiempo ni demasiado bien ante la situación.
Yo, sinceramente, creo que el problema es que la mayoría de quienes acceden a ese contenido gratuito no se han planteado lo que ocurre en la realidad. Me explico: algunos creen que al descargar libros gratis lo que hacen es ir en contra de la industria editorial que les ha insultado y ha intentado cobrarles un precio salvaje, otros creen que van en contra de los gobiernos o a favor de la cultura gratis, y la mayoría ni siquiera lo piensa, si está en Internet y es gratis será porque es gratis, ¿no? Y ninguno se plantea en realidad que a la industria editorial aún le quedan muchos remanentes para acusar el golpe y que quien se lleva el mazazo de "no vendes, no te sigo publicando" es el autor. Ni se plantean que la cultura no puede ser gratuita mientras sea necesario que alguien la haga (que escribir es un trabajo muy duro, vaya, y todos tenemos derecho a cobrar por nuestro trabajo y a pagar nuestras facturas y esas cosas prosaicas). Cuando alguien descarga un libro gratis, el escritor ni siquiera recibe los escasos 30-50 céntimos de euros que tiene estipulados como derechos de autor. Es decir, se considera que uno, dos, tres años de trabajo de una persona valen... cero. Por eso, quiero creer que en realidad no se lo plantean, que no lo han pensado y que no se han dado cuenta de que lo que hacen al descargar no es ni fastidiar a la industria editorial ni fastidiar al Estado ni fastidiar a nadie, salvo al autor.
¿Qué consejo daría a los alumnos de la UFV que tienen interés en ser escritores?
Uf, es difícil no empezar con un "Pero ¿tú sabes dónde te metes...?". Es complicado, porque es un mundo muy duro y es prácticamente imposible vivir de escribir.
Si una persona quiere escribir, entonces va a escribir. De modo que quizá yo recomendaría, en primer lugar, que se preguntasen si quieren hacerlo en serio o solo como hobby, y a partir de ahí, si es algo más serio... Son consejos muy trillados, pero es que son los básicos y son válidos: hay que leer mucho, muchísimo (mucho más de lo que se escribe), y leer como un escritor, no como un lector: mirarle las tripas a cada libro, entender cómo lo ha hecho el autor, qué recursos ha empleado, cómo se hace eso y, sobre todo, cómo se emplea el lenguaje.
¿Qué nuevos proyectos tiene en mente?
Acabo de publicar la tercera parte de una saga, El Segundo Ocaso (Entre las dos orillas es el título de esta tercera novela), y he decidido darme unos meses de descanso para sanearme la cabeza. Tengo previsto publicar este año o el que viene una novela de aventuras mitológicas basada en los mitos nórdicos y la sociedad vikinga, y andaba pensando también escribir algo un poco menos fantástico y menos medieval, quizá una ucronía histórica en la Antigüedad o una novela de aventuras en la época actual. O quizá ambas.
La periodista Marta García Bruno analiza la figura histórica del asesor político, una profesión que está en el punto de mira al hilo del reciente caso de corrupción política, denominado "Koldo", vinculado al primer Gobierno de Pedro Sánchez. Leer más
¿Por qué Irán atacó en una misma semana objetivos en Iraq, Siria y Pakistán? ¿Qué relación puede tener con la crisis en Medio Oriente? Analizamos esta situación de la mano de Javier Redondo, profesor de los grados en FPE y Comunicación Global de la UFV. Leer más