El Papa lleva la palabra de la paz a África en su último viaje

El Papa Francisco ha realizado un viaje apostólico por África en el que ha llevado la palabra de la paz y la reconciliación a dos de los países con mayor representación cristiana del continente: República Democrática del Congo y Sudán del Sur.

El Pontífice se ha reunido con la comunidad política y religiosa de ambos países para transmitir consuelo y esperanza a dos regiones especialmente asolados por la guerra y la pobreza. Francisco ha denunciado el “colonialismo económico” que sufre la zona y ha animado al continente africano a “ser protagonista de su futuro”.

Cristina Sánchez Aguilar, directora de Alfa y Omega, recalca la importancia de que la cabeza de la Iglesia visite lugares en los que “se sufre muchísimo, más aún teniendo en cuenta los problemas de seguridad que existen y las dolencias de salud que atraviesa Francisco”.

Tanto Sudán del Sur como República Democrática del Congo se encuentran en una situación especialmente convulsa desde hace años, y como explica la periodista especializada en África Ana Camacho, ambos comparten la paradoja de ser dos países que, al mismo tiempo que poseen una inmensa riqueza de recursos minerales, padecen una situación de falta de desarrollo y pobreza extrema. 

Sudán del Sur

Es el país más joven de la comunidad internacional, y sufre décadas de conflictos armados, en los que ha encadenado varias guerras civiles de las que aún no se ha recuperado. A la tensión política y social que envuelve a la región se suma el hambre y la escasez de agua, un panorama que ha provocado el desplazamiento de más de 4 millones de personas, y alrededor de 500.000 muertos o desaparecidos.

El Papa ha recordado a la comunidad religiosa del país la necesidad de “ensuciarse las manos” por un pueblo que se encuentra “inmerso en el sufrimiento y en el dolor, y martirizado por la violencia”. Francisco hizo una llamada a “alzar la voz contra la injusticia y la prevaricación” y a caminar de forma conjunta y en colaboración entre laicos y religiosos.

Unas palabras que, en opinión de Cristina Sánchez Aguilar, “no caen en saco roto”. Según explica la directora de Alfa y Omega, el presidente de Sudán del Sur ha manifestado que retomará el diálogo y estudiará el proceso de paz reclamado por el Papa. Además, ha mostrado “gestos de buena voluntad, como la liberación de algunos presos políticos, que suponen un gran avance para lo que el Papa comenzó en Roma en 2019”.

Sobre la capacidad política de la Iglesia, Sánchez Aguilar considera que “el Papa es un líder diplomático muy respetado en todo el mundo, con embajadores repartidos por todo el mundo muy conocedores de las estrategias geopolíticas y de lo que sufren las personas de a pie”.

República Democrática del Congo

El país centroafricano sufre, también, un clima de inestabilidad desde la década de 1990, sobre todo en la zona este del territorio. Los congoleños llevan más de 25 años sufriendo oleadas de intensificación de la violencia, con conflictos armados intermitentes que hacen que sea incapaz de recuperarse de una guerra que pareció finalizar en 2003. La ofensiva en 2022 del grupo armado M23 ha devuelto el terror al noreste del país y ha aumentado el número de afectados, que ya supera los 4 millones.

La República Democrática del Congo es un país de mayoría cristiana, sin embargo, la inestabilidad y la presencia de milicias islámicas en el país hace de los cristianos una comunidad especialmente vulnerable en determinadas regiones del país. Sin ir más lejos, el pasado 15 de enero, un atentado contra una iglesia pentecostal atribuido a un grupo terrorista cercano al Estado Islámico dejó 17 muertos y una veintena de heridos.

Según Ana Camacho, los problemas de pobreza y conflictos armados que sufre la población africana “están muy ligados al sistema de explotación de los recursos”. Un hecho que se suma a la “falta de liderazgo local y al daño que ha hecho el legado colonial sobre la idea de que África está ahí para ser explotada”.

Esta es una cuestión sobre la que hace énfasis Cristina Sánchez Aguilar, que valora que el Papa “se haya centrado en la parte de la explotación económica y haya recordado a los mandatorios y empresas internacionales que es responsabilidad de todos que los niños no estén esclavizados en las minas de coltán para que disfrutemos de nuestros móviles”.

Martirio

El Pontífice reflexionó sobre los peligros que entraña vivir y profesar la religión cristiana en uno de los lugares más inseguros del planeta, y reivindicó el ejemplo todos aquellos que se han convertido en mártires durante la guerra. “Muchos sacerdotes, religiosas y religiosos fueron víctimas de agresiones y atentados donde perdieron la vida. En realidad, su existencia la ofrecieron por la causa del Evangelio y su cercanía a los hermanos y hermanas nos dejan un testimonio maravilloso que nos invita a proseguir su camino”, concluyó.