Pocos son los periodistas que merecen la confianza de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Uno de ellos es Alejandro Requeijo, especialista en Seguridad, Interior y Terrorismo de la agencia Europa Press y Alumni UFV. Al ver la pasión que siente al estudiar y tratar estos temas, pocos se imaginarían que decidió ser periodista para dedicarse a los deportes. Afortunadamente el destino lo ha ido conduciendo hacia este terreno del que es, hoy en día, uno de los periodistas españoles más especializados en este tema. Hablamos con Requeijo sobre la amenaza yihadista en España, así como el tratamiento informativo que los medios de comunicación le dan a este tema.
P: ¿Es el yihadismo una amenaza real para España?
R: Sí, lo es y de hecho ya lo ha sido, recordemos los atentados de Atocha en 2004 o el atentado de la cafetería “El descanso” en 1985. El yihadismo es una amenaza histórica para España que reivindica, dentro de su discurso conceptual de máximos, España como Al-Ándalus. Los analistas han detectado que en los últimos tiempos hay combatientes yihadistas que han cambiado ese discurso por amenazas más concretas. Hay casos de yihadistas de Estado Islámico (EI) que hablan abiertamente de atacar comisarías de policía, ayuntamientos, iglesias… Estas amenazas más concretas son más preocupantes.
P: ¿Las autoridades españolas hacen frente a este tipo de terrorismo de forma adecuada?
R: Sí, y los datos hablan por sí solos. En los últimos 15 meses las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Policía y Guardia Civil en operaciones conjuntas y muchas veces con las autoridades de Marruecos, han desarticulado hasta seis células de captación y envío de yihadistas a zonas en conflicto. También realizan una labor de monitorización, casi individualizada, de personas que tienen vínculos con España y que combaten en las filas de EI o de Al Qaeda en Siria, Mali o Irak.
En cuanto a la forma que tienen de luchar es fundamental, además de la cooperación con el resto de países europeos, la gran colaboración que tienen con las autoridades marroquíes. En los últimos meses se han producido actuaciones en las que, por primera vez, policías y guardias civiles españoles han actuado sobre el terreno en Marruecos y viceversa. El hecho de que España haya tenido tantos años de experiencia en la lucha antiterrorista contra ETA hace que hayamos hecho de la necesidad virtud.
Se han producido actuaciones en las que, por primera vez, policías y guardias civiles españoles han actuado sobre el terreno en Marruecos y viceversa
P: ¿Son conscientes los ciudadanos de esta amenaza?
R: Sinceramente creo que la sociedad española sí es consciente de que tenemos una amenaza y la prueba es que ahora que el Gobierno ha enviado tropas a Mali, en parte para luchar contra este tipo de movimientos, no se ha producido una reacción de rechazo como la que se produjo en el pasado con el envío de tropas a Irak. En ese sentido creo que pese a los kilómetros de distancia, sí que se ha interiorizado que ésta es una amenaza global en la que todos los países, incluida España, tienen que estar involucrados.
P: ¿Qué valoración hace de la adhesión de España a la coalición internacional de lucha contra el EI, en la que no se actuará sobre el terreno?
R: Mi opinión personal es que España debería de involucrarse con todos los medios disponibles en esta lucha. Evidentemente estas son decisiones que no competen exclusivamente a España, sino que se toman en un ámbito de decisión más amplio. Para el radicalismo islámico Al-Ándalus es una reivindicación histórica, pero no estamos más amenazados de lo que puedan estar otros países cercanos, como Reino Unido, Estados Unidos o Francia, que está un poco por delante en implicación. Aún así, como somos un país objetivo, soy partidario de que España se involucre con todos los medios a su alcance.
P: ¿Cuántos españoles están combatiendo en el extranjero y cómo los han captado?
R: El Ministerio del Interior reconoce al menos 51 españoles que se han trasladado a una zona de conflicto, pero estos son los casos detectados, pueden ser más. En muchos casos son inmigrantes o hijos de segundas generaciones ya nacidos aquí.
Pese a que ha habido operaciones contra el terrorismo yihadista en distintas ciudades de España, la principal preocupación de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad es sin duda Ceuta y Melilla. Ahí hay un mayor índice de detenciones y de perfiles preocupantes, sobre todo por su cercanía con Marruecos, que tiene mucha relación con ciudades como Castillejos, donde hay un alto índice de personas que han partido a zonas en conflicto. La preocupación de los gobiernos occidentales es la figura del retornado, porque vuelven con entrenamiento militar y podrían realizar acciones de forma aislada en los países occidentales.
P: ¿Cómo es el proceso de captación?
R: Las células que se han desarticulado en España y Marruecos son, por así decirlo, “tour operadores del terror”. Las organizaciones terroristas contactan con esas células, les piden gente y ellos son los encargados de captar, adoctrinar y enviar a esas personas a alistarse.
Generalmente el primer paso suele ser a través de redes sociales y foros en los que se difunde la doctrina yihadista. En función del interés que muestren, entonces se les invita a una segunda fase en la que los foros son más restringidos. Si para los captadores estas personas siguen mostrando una actitud interesante para las células, entran en contacto más directo con ellos. Muchas veces se les ha invitado a Ceuta y Melilla donde reciben formación, entrenamiento y cuando ya han realizado todo ese proceso es cuando ya los mandan a zonas de conflicto, especialmente Siria e Irak, para alistarse en las filas de EI u otros movimientos que operan en la zona.
P: De todas las especialidades que hay en el Periodismo, ¿por qué eligió Terrorismo e Interior?
R: En realidad no se elige, la vida da vueltas y te acaba tocando. Empecé Periodismo porque quería hacer periodismo deportivo, pero me he ido encontrando con gente que me ha dado oportunidades y a la que he intentado corresponder y agradecer su confianza haciéndolo lo mejor que he podido. Por ejemplo, cuando comencé en LaSemana.es Pablo A. Iglesias me puso en la sección de Internacional para escribir sobre Oriente Medio. Después, un día asistí a una charla organizada por el profesor Ángel Expósito en la que trajo a la UFV a Pedro Águeda, periodista de Interior de Europa Press al que años después tuve la suerte de sustituir y que es uno de mis mejores amigos y uno de los periodistas que más admiro. Esa charla me marcó, eran los años de ETA y me hizo cuestionarme si podría dedicarme a ese tema. Años después estaba de becario en Europa Press haciendo cierres y cobrando poco más de cien euros al mes, y de repente ocurrió el atentado de la T4 en Barajas. Mi jefe, Paulino Guerra, otra de las personas a las que más aprecio y admiro en la profesión, me escogió a mí, “el becario”, como la persona apta para cubrir ese tema. Pasé luego a hacer Tribunales en la Audiencia Nacional, cubriendo muchos juicios y procesos relacionados con ETA, y desde el año 2009 hago en exclusiva temas de Interior, Seguridad y Terrorismo. Me gusta mucho mi trabajo, tengo libertad para trabajar y, además, en esa casa el terrorismo siempre ha sido una prioridad.
P: ¿Cómo ha sido su reciente incorporación como colaborador en el programa de televisión “T con T” de TVE?
R: Es muy gratificante. Contactaron conmigo y con Pablo Muñoz, periodista del diario ABC que también cubre Seguridad, para colaborar en temas relacionados con la actualidad, investigaciones policiales, asuntos relacionados con la Seguridad, etc. Creo que el tratamiento que se hace de los temas no cae en la banalización de los casos, y cuando a mí se me ha requerido ha sido para intentar aportar el dato y la última hora, más que lo que es la opinión. Por otra parte, muchas veces el anonimato de la agencia no te permite dar a conocer el trabajo que hacemos día a día, así que vimos en esta colaboración en televisión la oportunidad de hacer más visible este trabajo.
En el siguiente vídeo, Alejandro Requeijo valora el tratamiento informativo que los medios de comunicación están dando al terrorismo yihadista.