"La información religiosa se trata de mirar con sensibilidad a la persona"

Con motivo del Premio ¡Bravo! que la Iglesia ha concedido a la labor informativa de la agencia de noticias Servimedia, entrevistamos a la antigua alumna de la Universidad Francisco de Vitoria, Almudena Hernández (Periodismo, 2001), una periodista dedicada a la información social en este medio. Hernández nos cuenta los valores que inspiran su día a día en la agencia: bondad, sentido y humanidad. Todo ello, con el objetivo de reconciliar la mirada de la información religiosa con el periodismo actual. 

P: ¿Qué ha significado para la agencia de noticias Servimedia y para todos los profesionales que forman parte de ella recibir este reconocido galardón?
R: El reconocimiento del Premio ¡Bravo! por parte de la Conferencia Episcopal es uno más de los que hemos recibido el último año, en el cual celebramos el trigésimo aniversario de la agencia de noticias Servimedia. Treinta años de trabajo por el periodismo social, centrado en la persona y realizado por profesionales con discapacidad.

El presidente de Servimedia, Fernando Riaño, recibiendo el Premio ¡Bravo! Foto de Jorge Villa de Servimedia

P: Concretamente, ¿cómo se ve esto en el día a día de la agencia?
R: Se materializa en el enfoque que damos al periodismo social desde las distintas áreas, ya sea economía, sociedad o nacional; siempre con un guiño y un interés especial en las personas con discapacidad.

P: ¿Es necesario tener una sensibilidad especial para trabajar con personas con discapacidad?
R: Voy a hacer una confesión muy personal (sonríe). Cuando estuve estudiando en la Universidad Francisco de Vitoria teníamos una asignatura, Prácticas Sociales, en la que podías escoger distintos ámbitos sociales para colaborar en un voluntariado. Sentía cierto rechazo al ámbito de las personas con discapacidad. Antes de terminar la carrera encontré trabajo en la agencia Servimedia y me di cuenta de que todos los tópicos que teníamos se iban al traste cuando conocías a cada persona. Te olvidas de que tienen una discapacidad. De hecho, muchas veces, vamos junto a compañeros con discapacidad a una rueda de prensa y, aparte de ser brillantes, preparados y hacer su trabajo estupendamente, te das cuenta del otro lado de la sociedad: cómo le miran por tener una discapacidad. 

P: En la ceremonia de los Premios ¡Bravo! se resaltaron los retos del periodista en esta nueva década: la revolución digital y el desafío de las noticias falsas. ¿Cómo la agencia está haciendo frente a estos desafíos? 
R: En la ceremonia de los Premios ¡Bravo! se pusieron en valor muchas cosas relacionadas con el periodismo. El maestro Carrascal nos habló de la bondad de las personas, aplicada al periodismo. Eso me recuerda mucho al lema de la UFV: vencer el mal con el bien. Esto cobra especial importancia en este mundo de noticias falsas, de prisas, de "todo el mundo puede ser periodista" con una tablet o un móvil. El presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación y Obispo de Getafe, Monseñor Ginés Ramón García Beltrán, decía “ir a la sal de la información…”; lo que debe ser la bondad. Las agencias de noticias deben dar la información de forma pura para que la sociedad sepa distinguir y construya una opinión propia.

P: ¿Qué aspectos tiene usted en cuenta a la hora de abordar informaciones sensibles? 
R: Una de las principales normas no escritas que tengo es "¿a quién puede afectar esto?". Hay muchas informaciones que no hay por qué darlas. Puedes dañar a mucha gente. Hay otras que, al contrario, hay que darlas a pesar de que dañes a determinadas personas. Tienes que buscar el bien común, tienes que buscar la dignidad de la persona, tienes que buscar una cierta responsabilidad. Los periodistas tenemos una función social: queremos ser ese engranaje que une a la sociedad. 

P: ¿Qué es exactamente la información religiosa y cuál es el objetivo de este tipo de información?
R: La información religiosa no es solamente lo que dice el papa, pero tampoco creo que deba ser la información antiglesia, que es la tónica general que se sigue en estos días. Decíamos que el periodismo debe estar enfocado a la persona. No podemos olvidar la vocación que tiene cada persona a la trascendencia. Para mí, esa es la clave de la información religiosa. El Premio ¡Bravo! reconoce esos 30 años de información social basada en la persona y por tener una especial sensibilidad con los valores evangélicos que se transmiten cotidianamente en la información, aunque no sea reproducir fielmente el Padrenuestro. Se puede informar sobre la dignidad de la persona con discapacidad, de los migrantes, de la búsqueda de una solidaridad en el ámbito social, económico y político. Esa información religiosa es transversal a todas las secciones y es muy necesaria en este momento que carece de valores y en el que “todo vale”. 

P: ¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido que afrontar al elaborar información religiosa? 
R: Tengo especial debilidad por los misioneros. Cuando hablas con ellos te pegan una bofetada de realismo que nos hace mucha falta en este Occidente que se mira tanto el ombligo. También sirve a los periodistas que estamos siempre ahí en el medio de todo: entre los políticos, el poder y la gente de la calle.

P: ¿Cree que el paso por la UFV le ha influido en su forma de entender su profesión?
R: No sé si hubiese sido distinta mi profesión y mi forma de entenderla si yo no hubiese estudiado en la UFV. Lo que sí tengo claro es que temas en los que mis profesores situaban el foco, quedaron como en el background de mi mente. Estos han ido aflorando y me han ayudado mucho. 

P: ¿Qué le recomendaría a los periodistas en formación de la UFV?
R: A los alumnos de la UFV les repitiría lo que nos decían a nosotros: que busquen el sentido de la vida. En esa búsqueda, que se fijen en el “para qué”.