"La inmediatez hace de la radio el medio más periodístico"

La vocación por el periodismo de Yésica Sánchez (Periodismo 2004) nació cuando ella tan solo era una niña y, aunque su objetivo era ser presentadora de televisión, acabó enamorándose de la radio, medio que, declara, le ayuda a cumplir esa vocación periodística.

Fue una de las pioneras en poner en marcha una radio digital en 2008. Posteriormente aterrizó en 'Sin Complejos' y después en 'Déjate de Historias', programas de esRadio.

Hoy por hoy declara estar viviendo una etapa llena de felicidad, con “una familia maravillosa”, unos “amigos fantásticos” y un trabajo que le “encanta”.

¿Qué le enamoró de la radio cuando en un primer momento su sueño era ser presentadora de televisión?
La radio tiene un encanto especial. Es un medio que engancha… ¡Llega a todas partes! La radio hace compañía y, por tanto, para aquellas personas que pasan mucho tiempo solas, realiza una importante labor de servicio. Necesitan oír la voz de los locutores que suelen escuchar. Se convierten en parte de su vida, de su familia... Y eso precisamente creo que es lo que engancha.

¿Dónde se siente más cómoda: magacín o informativos? 
La verdad es que no podría elegir. Cuando el trabajo que desempeñas es vocacional, y en mi caso lo es, creo que es positivo cambiar de vez en cuando. Así evitas llegar a realizarlo de forma mecánica y vuelve la adrenalina.

¿Cómo se puede ser creativo en la radio?
Creo que el tema de la creatividad en la radio está sobrevalorado. Para mí, lo fundamental es la naturalidad y la capacidad de improvisación. La mejor forma de diferenciarte del resto, es imprimir tu personalidad en lo que haces.

¿Qué le aporta formar parte de Déjate de Historias y Sin Complejos, dos programas tan diferentes? 
Ambos programas son fundamentales en mi trayectoria, profesional y personal. Sin Complejos es el espacio con el que aterricé en esRadio, la casa en la que trabajo y que siento como propia. Me siento muy orgullosa del proyecto y del propio programa, así como de su director, Luis del Pino, a quien admiro profundamente.
En cuanto a Déjate de Historias, representa un ciclo de cinco años que me ha dado la oportunidad de profundizar en el formato magacín. Ha sido una experiencia muy gratificante y he trabajado muy a gusto, gracias a su directora, María José Peláez. Ahora, acaba de arrancar la primera temporada de Kilómetro Cero con Jaume Segalés al frente, otro gran profesional.

Usted comentó en una entrevista en 2013 que su peor momento fue cubrir los atentados del 11M en Madrid para Radio Intercontinental. ¿Cómo se consigue mantener la calma para dar este tipo de informaciones?
Sinceramente, no sé cómo se hace. Simplemente lo hice. En ese momento salió la periodista que había en mí y no descansó hasta terminar con su trabajo. Pero te confieso algo, tras salir de la emisora, se marchó la periodista y volvió la persona, me senté en un escalón y lloré durante un buen rato, no sé cuánto. Fue muy duro todo lo que viví y experimenté aquel 11 de marzo y los días posteriores. Estuve muy cerca de las familias de las víctimas, y yo tenía tan solo 24 años. Eso sí, sin duda esas vivencias te curten como persona y como profesional.

¿Hay otro momento clave que también recuerde? 
Pues hablando de un atentado, me viene a la cabeza otro. Se trata del que sufrimos mi marido y yo en junio de 2016, tan sólo unos días después nuestra boda. Fue en el aeropuerto de Estambul, donde nos encontrábamos haciendo escala para emprender nuestra luna de miel por Indonesia. Murieron cerca de 60 personas, hubo más de 200 heridos y nosotros tuvimos que escondernos durante horas. Aquel día descubrí que la periodista no siempre sale. Ni me acordé de que podía contarlo en la radio, sólo salió el instinto de supervivencia. Después sí, claro. Mis compañeros de la radio contactaron conmigo para asegurarse de que estaba bien y para que relatara mi experiencia.
Esta experiencia no sólo me marcó a nivel personal, también profesional. Cuando hablo de un atentado en la radio, ahora lo cuento desde una perspectiva diferente. Me puedo poner realmente en la piel de los que lo están sufriendo y eso hace que lo que dices tenga un valor añadido.

¿La radio como medio de comunicación le ayuda a cumplir su vocación periodística?
Sí, claro. La radio para mí es el medio que más facilita esa labor. Pensaba que la prensa escrita era el medio más puro. Sin embargo, le falta algo: la inmediatez. Esto hace de la radio el medio más periodístico, además de ser el más accesible.

A nivel personal, ¿qué es lo que le hace feliz?
Estoy disfrutando mucho de estar con mi pequeño y estoy segura de que será duro separarme de él cuando tenga que volver a la radio. Ahora lo sé: el amor por un hijo es el mayor de los amores. Además, llevo casi 14 años junto al hombre de mi vida, tengo una familia maravillosa, unos amigos fantásticos y un trabajo que me encanta. Soy una persona muy afortunada. 

Acerca de su paso por la UFV 

¿Cómo recuerda su etapa en la UFV? 
Con mucho cariño. A día de hoy, algunas de mis mejores amigas siguen siendo compañeras de la universidad. Fue una etapa muy bonita, compartimos muchas vivencias y noches de estudio. ¡Y eso une!

En cuanto al centro, nos dieron una formación muy completa y tengo muy buen recuerdo de las clases y los profesores. En particular, me encantaban las clases prácticas correspondientes al título que complementaba la carrera. Nos daban la oportunidad de probarnos a nosotros mismos.

¿Recuerda alguna anécdota graciosa que quiera compartir?
Más que graciosa, curiosa. Realmente cuando era pequeña, nunca pensé que me dedicaría profesionalmente a la radio. No consideraba que tuviera una voz especialmente bonita y mi dicción dejaba mucho que desear. Sabía que tenía que trabajar ese aspecto y suavizar mi acento andaluz para poder trabajar en Madrid. Pero la confianza que necesitaba me la dio un profesor de la UFV: Chema Abad. En sus clases locutábamos constantemente. El primer día que locuté frente a la clase, él me dijo que tenía mucho futuro en la radio, que sólo tenía que ser constante y trabajar.