Se refiere al
Banco de Investigaciones Periodísticas de América Latina, plataforma web, lanzada con el apoyo de la Unesco y que reúne más de 300 investigaciones periodísticas compiladas en los últimos 13 años a partir del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación, una iniciativa del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), con sede en Perú.
“Hace como 20 años eran muy pocos los países que tenían leyes de acceso a la información y hoy se puede ver que ese tipo de ley ha ayudado. No hizo falta una fuente secreta. En muchos casos fueron estrategias del propio periodista para acceder a la información o procesar datos disponibles”, sostuvo Canela.
Los artículos compilados en el banco son acompañados de guías metodológicas y entrevistas con los autores que explican el surgimiento de la idea, el camino y los obstáculos enfrentados para concluir las investigaciones, como si fuera un “making off” de la cobertura periodística, dijo el consejero de la Unesco.
Una de las investigaciones destacadas en la plataforma cuenta la historia de una mafia de medicamentos vinculada a la campaña electoral de la presidenta argentina, Cristina Fernández, en 2008, mientras otra se refiere al patrimonio creciente del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en 2007.
No solo corrupción
Canela dijo que la corrupción es el principal tema de los reportajes seleccionados porque se trataba del enfoque del premio en sus primeras convocatorias, pero también porque se trata de un factor coyuntural. “Es innegable que el periodismo de investigación continúa enfocado en la corrupción. Sin embargo, desde la Unesco, pensamos que es necesario traer también a la superficie otros elementos y mostrar que hay gente que lo hace de forma muy cualificada. Los ganadores del Pulitzer este año escribieron sobre violencia doméstica”, sostuvo.
El consejero de la Unesco también destacó entre las investigaciones compiladas en el banco latinoamericano, la historia contada por dos periodistas brasileños en 2012 sobre el destino de más de 160 adolescentes infractores detenidos diez años después de ser liberados: la mayoría de ellos terminaron muertos en otros delitos.
Historias como esta, con enfoque en los derechos humanos y cuyas informaciones pueden ser obtenidas sin la necesidad de “fuentes secretas”, sino muchas veces a través del cruce de datos públicos, tienen mucho que enseñar a estudiantes, a periodistas formados y a las personas que ocupan cargos de toma de decisión.
“Cada año crecen otros tipos de cobertura contundentes. Lo que me agrada también es la diversidad de países participantes con trabajos muy representativos. Eso aporta a percibir los temas que son más pujantes, no es una muestra estadística sino cualitativa de lo que sucede en la región”, analizó Canela.
Estas investigaciones promueven el acceso a la información y la libertad de expresión, y muestran lo importante que es el periodismo para la democracia.
“La Unesco apoya ese tipo de iniciativa como organismo de protección y promoción de la actividad periodística que es un instrumento esencial”, concluyó.
El banco de reportajes latinoamericanos es una iniciativa de la organización peruana IPYS y cuenta con apoyos de la Fundación Ford y de la Sociedad Abierta (Open Society).
También cuenta con el apoyo de la Unesco, que consideró la idea como una forma de ampliar un antiguo manual de periodismo editado en París a partir de otras historias.