La espiral del silencio. Un tema que quizá hizo sudar a más de un estudiante de periodismo. La teoría, perteneciente al ámbito de la opinión pública, fue ideada por la politóloga alemana Elisabeth Noele-Neumann, y la idea principal es que el público se calla opiniones si cree que no son populares o no son mayoritarias, ya que se ven amenazados por ser minoría.
Esto acaba en un círculo vicioso, ya que los medios difunden lo que expresa el público, pero cuanto más se difunde la versión dominante por los medios, más guardarán silencio las voces individuales contrarias. Una espiral del silencio.
Ahora, el
centro de investigación Pew Research ha realizado una investigación sobre
la expresión de opiniones en las redes sociales. En una encuesta a 1.801 personas, el centro quería descubrir si, con estas nuevas plataformas, las opiniones antes silenciadas podrían ser expresadas.
El resultado de la encuesta es que no.
Tomando como tema las revelaciones de Snowden sobre la NSA, que dividía en ese momento la opinión pública de EEUU, los investigadores descubrieron que las redes sociales perpetúan, incluso empeoran, la espiral del silencio.
Las conclusiones a las que llegaron fueron las siguientes:
-
Los encuestados estaban menos dispuestos a expresar sus opiniones en las redes sociales que frente a una persona. En concreto, un 86% aceptaría discutir un tema cara a cara, pero sólo un 42% publicaría algo sobre el tema en Facebook o Twitter.
-
Tanto en persona como en internet, los encuestados estaban más dispuestos a expresar sus opiniones si sentían que su audiencia iba a estar de acuerdo. El doble de personas publicarían algo sobre el tema en Facebook si sentía que sus amigos estaban de acuerdo que si no.
-
Los usuarios de Facebook y Twitter estaban menos predispuestos a expresar sus opiniones, aunque fuera cara a cara.
-
Los usuarios no obtienen su información de las redes sociales. En concreto, sobre el tema Snowden, la investigación descubrió que un 58% obtuvo información del tema de la radio o la televisión. Apenas un 15% obtuvo información por Facebook y un mísero 3% se informó a través de Twitter.
La
investigación concluye con una idea: la creación de estas
"plataformas de expresión" no ha terminado con la espiral del silencio y no ha aportado nuevos foros en los que expresar opiniones minoritarias.