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Periodista de “vocación total” y con un firme objetivo: conseguir que los periodistas recuperen la ilusión por la profesión. Aldara Martitegui (Periodismo, 2001) empezó a trabajar en la extinta CNN+ nada más licenciarse. Con solo 31 años ya ocupaba el puesto de enviada especial a diferentes países de Oriente Medio, principalmente a Afganistán: “los mejores años de mi vida”. Actualmente, es redactora en la sección Internacional de Noticias Cuatro y, desde hace tres años, lo compagina con su actividad como coach de periodistas, especialmente.
P: ¿Cómo fueron sus años de enviada especial a Afganistán y otros países de Oriente Medio?
R: Geniales. Durante unos años cubrí en momentos puntuales esos conflictos. Esos fueron los mejores años para mí. Siempre digo que cuando yo estudiaba Periodismo ese era mi sueño y lo alcancé demasiado pronto, con 31 años. Tuve a mi hija con 32 y, al reincorporarme de la baja por maternidad, le dije a mi jefa que yo viajaba si podía planificarme con mucho tiempo, que no podía coger la maleta de un día para otro. Desde entonces, no viajo.
P: ¿Fue su momento de vivir el Periodismo tal y como usted lo concebía?
R: Sí. Primero, yo cuando empecé a viajar ya tenía bastante experiencia en información internacional, no empecé sin tener ni idea. Sobre los sitios a los que he ido, estaba bastante documentada, porque en CNN+ se trabajaba la información internacional a otro nivel. No tiene nada que ver con lo que vemos ahora en un informativo de un canal generalista. Se trataba la información internacional de una manera muy rigurosa y muy extensa, en profundidad. Simplemente, por hacer esa información, te sentías obligado a leer más, a estar atento a muchas cosas, a informarte mejor… Fue una etapa muy enriquecedora en mi vida porque tenía un trabajo que me obligaba a seguir formándome, a seguir aprendiendo, y eso luego tuvo su recompensa con esos viajes que hice.
"Hay un problema: o te vas a un medio muy especializado o no tienes nadie que quiera reportajes sobre determinadas situaciones"
P: Usted que ha informado sobre la realidad de estos países, ¿qué opina sobre la crisis de refugiados?
R: Es una tristeza que los medios solo hablen de estos temas cuando hay algo terrible, cuando hay una imagen muy impactante de miles de refugiados atravesando Europa, muertos de frío. Esto ocurre a diario. Es un tema que tendríamos que tener bastante más presente, pero es lo de siempre. Al final la actualidad manda y necesitamos tener algo de impacto que nos haga conectar con una realidad que está ahí. Que no por no contarlo deja de existir. Ahí está la labor de responsabilidad del periodista, el estar al quite de todas esas cosas. Hay un problema: o te vas a un medio muy especializado o no tienes nadie que quiera emitir o publicar reportajes sobre determinadas situaciones.
P: En su etapa como corresponsal, ¿ha vivido alguna experiencia que le haya marcado?
R: Afganistán, en general, me ha marcado bastante. Es un país brutal, orográficamente. Simplemente con ir allí y verlo… parece otro planeta. Tuve la oportunidad de hacer un recorrido en helicóptero volando muy bajo, por encima de las casas. Vives la noticia de otra manera. Lo importante que es tener la experiencia de estar en el sitio para contar las cosas.
P: ¿Cómo una corresponsal de guerra que ha estado en lugares como Afganistán e Irán descubre que su vocación es ser coach de periodistas?
R: Después de todo esto, por circunstancias de la vida pasé a trabajar para Mediaset España. Cambian un poco las cosas respecto a CNN+, se trata la información de otra manera, un poco más superficial. Vamos a un informativo en abierto, con menos tiempo, el bloque de internacional es muy cortito… Se cuentan las cosas importantes pero de manera muy superficial. La exigencia de tu día a día ya no es estar formándote, estar aprendiendo, estar leyendo… tu trabajo no te lo exige. Da igual que tú te leas un montón de libros y vayas a un montón de conferencias y te informes, porque en realidad tú ya no pones en valor eso. Es una fricada tuya, de decir “me lo quiero leer porque me interesa”. ¿Qué pasa? Cuando tienes otras preocupaciones, como sacar una familia adelante, tienes menos tiempo para dedicar a eso. Una cosa lleva a la otra y de ahí viene mi desmotivación con el Periodismo y con darme cuenta de cómo se estaba tratando la información en Mediaset, diferente a como yo consideraba que debería ser. Entonces, empecé a notar en mí una serie de cambios: me sentía muy desmotivada, con pocas ganas de ir a trabajar, me di cuenta de que era un poco trabajo de funcionariado. Como si me hubiera absorbido de repente la inercia de trabajar ahí y de ver a gente que no se plantea las cosas. Que si el director de informativos dice una cosa, como lo ha dicho él, nadie se pregunte por qué. Se pierde el debate, hay mucho miedo, se junta la crisis económica y se empieza a echar a gente… Fueron muchos factores que influyeron en que yo me sintiera cada vez más desmotivada, también por lo que veía a mi alrededor. No hice nada. Me dejé llevar. En vez de decir: “¿Qué puedo hacer yo para cambiar las cosas desde dentro?”, decidí irme. Dije: “Yo ya no quiero ser más periodista”.
Me gustaba la psicología, de toda la vida, y hacer el máster para ser coach me daba un acceso muy rápido a tratar con personas directamente. Me certifiqué, hice muchas prácticas y en ellas me topé con bastantes periodistas y me di cuenta de que hay mucho compartido con ellos. Ahí yo pensé que igual podría ayudarles en la motivación, que podía hacer muchísimo por la profesión. Yo siempre decía que quería dejar el Periodismo y dedicarme al coaching, pero no lo conseguía porque soy periodista de vocación total. No podía escapar de eso. Entonces, por si ya no teníamos suficiente, le di otro vuelco a mi vida y decidí buscar la manera de encajar estos dos mundos. Entonces me fui ocho meses de excedencia, como de retiro. Ahí surgió la idea de hacer The Coaching Post y de crear esta metodología para unos cursos de entrada en conciencia.
"Hay falta de conciencia sobre nuestra labor: si informar, aportar algo y enriquecer, o tener más audiencia"
P: ¿En qué consiste el coaching para periodistas?
R: Como cualquier coaching, es acompañar, es un proceso de crecimiento, de aprendizaje y de entrada en conciencia. Lo que pretende el coaching es ayudar a las personas a salir de la inercia en la que están, gestionar su vida, conseguir cambios y aprender a marcarse objetivos. Para periodistas, de manera individual les ayudo a estar motivados en el día a día, conectar con la profesión… Si tienes unos valores muy claros y presentes en tu vida, es más fácil marcarte objetivos y levantarte cada día con ilusión.
Entonces, diseñé un programa de formación para periodistas que busca que, a través de cuatro niveles, avancen en la conciencia sobre la realidad de la profesión. Autoconocimiento, gestión emocional, quién soy yo, cómo puedo conocerme a mí mismo… No tenemos mucha idea de tratar las emociones. Enseño a verlas como útiles y como vía de autoconocimiento. La inteligencia emocional es una vía muy potente. El segundo paso es “comunicación para comunicadores”. Me he dado cuenta de que dentro de nuestra propia empresa, entre los periodistas, hay una enorme falta de comunicación entre nosotros. La tercera fase consiste en poner los valores y creencias del Periodismo y cómo alinearse con ellos. La cuarta etapa es como una workshop, en la que ponemos en práctica todas las cosas que aprendemos en el curso.
P: ¿Qué aspectos o ámbitos necesitan reforzar más los periodistas de hoy?
R: Los valores y la conciencia sobre la realidad de esta profesión. El para qué de esto. Hay que tenerlo presente cada día cuando vamos a trabajar. Cuál es mi misión, dónde está tu foco, en que tu artículo quede fenomenal y demuestre lo mucho que sabes o que el que está leyéndome se entere realmente de por qué es importante. Son muy pocos los que tenemos el foco puesto ahí.
P: ¿Que suele frustrar más a los periodistas?
R: Creo que estamos en un nivel en el que ni siquiera somos conscientes de la frustración. Por ejemplo, en cómo enfocar un tema. En la televisión, cuando hay una imagen ya da igual que no aporte nada, que sea irrespetuosa con el espectador y con las personas que salen en ella. Si consideramos que es nueva y diferente y que puede vender, esa imagen se da directamente. Creo que es falta de conciencia sobre cuál es nuestra labor: si informar, aportar algo y enriquecer, o tener más audiencia.
P: ¿Qué es The Coaching Post?
R: Así he llamado a mi proyecto, para ayudar a periodistas, también a padres y educadores y de forma personal. Se llama así porque refleja mi personalidad y porque, al final, soy periodista. Pongo en valor mi experiencia para periodistas.
P: Usted es miembro de Corresponsales de Paz, ¿pertenecer a esta sociedad de antiguos alumnos comunicadores le ha influido en su proyecto?
R: Claro. Cuando conocí el proyecto de Corresponsales de Paz me sentí parte de él desde el minuto cero. Son personas con las que comparto una misma visión y valores de la profesión. Cada uno viene de una rama distinta del periodismo, pero hay algo que nos hace iguales. El ver que esto nos convertía en periodistas comprometidos me ha ayudado a tirar para adelante, porque en mi día a día no me siento nada apoyada en estas cosas. Estamos enfocados en la tarea y no pensamos para qué estamos en esto.
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