Accede y aprovecha todas las ventajas
El metaverso es un proyecto de mundo virtual que aspira a ofrecer una experiencia inmersiva que genere en los usuarios una sensación lo más parecida posible a estar en un mundo real. Será una realidad alternativa en la que se podrán desarrollar las mismas acciones que se hacen en el día a día sin la necesidad si quiera de salir a la calle. Las personas podrán conectarse a él a través de distintos dispositivos -como las gafas de realidad virtual- e introducirá posibilidades nuevas en campos como la educación, el comercio y la medicina. No obstante, la adaptación, el uso y la actitud de los personajes en este mundo virtual abre la puerta a nuevos desafíos y riesgos para el ser humano, como pueden ser la desnaturalización de las relaciones humanas, una mayor cesión de datos personales, pérdida de intimidad e, incluso, un empeoramiento de la soberanía política.
Este concepto de realidad virtual no está completamente desarrollado, pero es un escenario cada vez más cercano, por el que están apostando empresas tecnológicas como Google, Microsoft, o Facebook, que ya fue rebautizada como Meta, en un ejercicio de apelación directa al nuevo proyecto. Es por esto que merece la pena preguntarse por las cuestiones éticas, jurídicas y políticas que su irrupción planteará para el ser humano.
Como respuesta a esta necesidad, el grupo de Investigación de Humanidades Digitales de la UFV organizó un debate filosófico en el que participaron Ignacio Rouyet (We The Humans), Albert Cortina (Estudio DTUM), Salvador Ros (Digital Humanities Innovation Lab) y Marcelo López (Instituto Razón Abierta de la UFV), todos ellos investigadores en el campo de la ética científica. El acto fue moderado por Sophie Grimaldi, profesora UFV investigadora principal del proyecto.
Aunque el metaverso aún no está plenamente desarrollado, su inminente presencia obligará a discernir sobre “lo que es real y lo que no” como base para enfrentarse al resto de las preguntas de fondo que puedan surgir, acordaron los ponentes. Sobre esto, Salvador Ros establece que lo más probable es que, en los estadios más prematuros del proyecto, el metaverso sea más parecido a “un juego de realidad aumentada o a un simulador” que a un mundo virtual bien definido. Sin embargo, ese formato incipiente ya generaría situaciones “conflictivas” e “interesantes”.
"La autodeterminación de la identidad acerca al ser humano a que el deseo se convierta en ley", A. Cortina
La cuestión ética
De momento, los promotores del metaverso caminan hacia la desnaturalización de la persona priorizando el número, por lo que “al convertir la identidad en un dato, se corre el riesgo de desarrollar una pérdida paulatina de la personalidad”, apunta Albert Cortina. Además, la participación “física” o visual de las personas en el mundo virtual se desarrollará mediante la creación de un avatar construido según el gusto o apetencia de cada uno. Esta tendencia a la “autodeterminación de la identidad” no es del todo nueva, pero, “acerca al ser humano al concepto de que el deseo se convierta en ley. Es decir, no acepto ser lo que realmente soy, sino que soy lo que quiero ser”, explica Cortina. Además, en un hipotético futuro en el que el metaverso esté más desarrollado, esta tendencia podría conducir a la población al abrazo del transhumanismo, un movimiento que defiende la aplicación de elementos tecnológicos en el cuerpo humano con la pretensión de mejorar sus condiciones.
La cuestión jurídica
La participación en el metaverso de “avatares” que pueden delinquir abre el debate sobre el ámbito moral y jurídico en este universo, pues plantea la pregunta de si las responsabilidades judiciales y los derechos de los avatares deben ser los mismos que los que poseen los ciudadanos de carne y hueso. A día de hoy, la línea predominante considera que no son exactamente lo mismo y asume que cuando se actúa a través de un avatar, uno se despoja de ciertos límites morales, por lo que podría actuar de forma distinta en el entorno digital. Por esta razón se presupone que las acciones realizadas en el metaverso tendrían consecuencias jurídicas únicamente dentro del mundo virtual.
“La libertad no se mide por la cantidad de cosas que se pueden elegir, sino por la autonomía con la que se eligen”, I. Rouyet
La cuestión política
Aunque aún no está determinada la forma en la que se trasladará la identidad de la persona a la del avatar en el metaverso, es probable que la cesión de los datos personales sea mayor, tal y como alertó Cortina en un principio. Con esto, el supuesto aumento en la libertad de acción que plantea el metaverso, podría significar un recorte en las libertades civiles y políticas del individuo.
Según Marcelo López, “si desaparece la intimidad, desaparece la libertad y el poder del Estado pasa del dominio del espacio al dominio del tiempo, es decir, se convierte en un órgano omnipotente que está en todo momento y en todo lugar. Quizá aumenten las opciones de consumo pero, realmente, elimina la libertad humana”. Sobre esta reflexión, Ignacio Rouyet concluyó que “el grado de libertad no se mide por la cantidad de cosas sobre las que se puede elegir, sino sobre la autonomía con la que se eligen”.
La periodista Marta García Bruno analiza la figura histórica del asesor político, una profesión que está en el punto de mira al hilo del reciente caso de corrupción política, denominado "Koldo", vinculado al primer Gobierno de Pedro Sánchez. Leer más
¿Por qué Irán atacó en una misma semana objetivos en Iraq, Siria y Pakistán? ¿Qué relación puede tener con la crisis en Medio Oriente? Analizamos esta situación de la mano de Javier Redondo, profesor de los grados en FPE y Comunicación Global de la UFV. Leer más