"¿Por qué mueren periodistas en México? Por hacer su trabajo"

Ser corresponsal freelance no entraba dentro de los planes de Lourdes Téllez cuando salió de la UFV (Periodismo 2007), pero siempre ha tenido claro que México necesitaba tener una mayor visibilidad. Ahora lleva seis años trabajando de forma independiente desde España, para medios televisivos, informando sobre el lazo que hay entre dos mundos con diversos intereses y problemas, pero al fin y al cabo vinculados. 

La alumni se describe como especialista en información económica y en los intereses informativos de Latinoamérica en Europa, y viceversa, y explica que para ella su trabajo consiste en estar constantemente “actualizada al detalle”.

P: ¿Como periodista freelance, cómo está usted informando a los medios mexicanos sobre lo que ocurre en Cataluña?
R: Donde más estoy trabajando temas de actualidad es para Univisión, que es un canal de televisión hispano que se ve en toda Latinoamérica. Por lo tanto, es difícil porque me tengo que enfocar en una audiencia que está con el tema de Trump, la inmigración, los terremotos, los huracanes… Es complicado hacer una pieza para explicar una situación tan compleja proveniente de fuera, con un sistema electoral distinto, en un minuto y medio que dura la pieza.

P: ¿Cómo enfocó la carga policial ocurrida en Cataluña?
R: En televisión vale mucho la imagen, y aunque uno quiera explicar todo con detalle, no se puede. Mostré imágenes de golpes y caídas, pero hablé acerca de la ilegalidad del referéndum.

P: ¿Cómo ven a España desde México?
R: En México hay cierta curiosidad sobre lo que ocurre en España, y el interés aumenta cuando se trata de fútbol. Pero no está todo el mundo tan pendiente como sí pueden estarlo de Estados Unidos por cercanía y por tratarse de cuestiones que afectan a  los latinos.

P: ¿Cómo es la vida de un freelance internacional?
R: Tienes que tener disponibilidad siempre y estar actualizándote al detalle todo el tiempo. Tengo muchísimas alertas de diferentes temas y países, es una búsqueda constante de información. El mérito que tiene el corresponsal es que debe de estar informado de lo que pasa en el país en el que está y de lo que puede interesar de él en el país al que se informa.
Ser freelance es tener mucha cara, ofrecer tus servicios llamando a las puertas, persiguiendo y, obviamente, ofreciendo un buen trabajo. Debes dar algo que no te dé una agencia o el redactor que ya tienen los medios. Es muy difícil, porque hay meses, como agosto, que en España casi no se factura. Y tienes que seguir pagando gastos y administrar el dinero para las vacas flacas.

P: Ya son 36 periodistas los asesinados durante el mandato de Peña Nieto, ¿qué pasa en México?
R: La inseguridad es general. El país vive en una situación bastante complicada desde 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón empezó una guerra contra el narcotráfico sin estrategia y sin medios, que realmente lo que hizo fue avivar el hormiguero. Luego, con Peña Nieto siguió esa guerra, pero en México impera una corrupción endémica entre política y narcotráfico (“narco política”) desde hace mucho tiempo, y además los cárteles del narcotráfico tienen más tecnología en cuanto a armamento y espionaje que el propio Gobierno de México. En medio de esta guerra están los periodistas. Los que mueren principalmente son de medios locales, si denuncias a un político porque lo está haciendo mal -que es tu trabajo como periodista- tienes la diana en la cabeza.

A menudo matan a periodistas para darle mensajitos al propio gobernador. El problema de los periodistas mexicanos es que no tienen el respaldo del Gobierno. De los sobre 800 casos que lleva la fiscalía actualmente, solo ha resuelto uno. La impunidad que hay es brutal. Entonces, ¿por qué mueren periodistas en México? Simplemente por hacer su trabajo. Para morir no tienes por qué estar hablando de narcotráfico o de criminales, basta con hacer un reportaje sobre una empresa que no trata bien a sus empleados y la impunidad es tal que hay posibilidades de que el empresario te busque y te mate.

P: ¿Ha influido en usted esta situación para decidir quedarse en España?
R: Una cuando empieza Periodismo tiene muchos ideales. Yo no quise estudiar en México porque no había carrera de Periodismo solo de Comunicación. Quería formarme aquí y ser la más “chingona” (la mejor) en mi país. Denunciar a los “malos”. Pero empezó la guerra contra el narco, se empezó a desatar la violencia, y dije: “¿Para qué vuelvo? Si voy a luchar, no voy a ir allí a callarme o a que me compre un político”. Me he quedado en España, pero ser corresponsal me ha dado esa oportunidad de estar vinculada. Aquí yo me siento muy libre de preguntar lo que quiera a personalidades mexicanas. Lo que contrasto y lo que pienso lo digo. Con una excepción: cuando se trata en concreto de mi ciudad, me mantengo al margen. Porque sé que si hago una pregunta incómoda van a saber quién soy y por qué estoy preguntando eso, y las represalias después son contra mi familia.  Les pongo en la diana a ellos.

Así que si yo me autocensuro aquí en España, imagínate los periodistas que viven en México. Tengo compañeros exiliados aquí, porque han sido amenazados de muerte. También conocí el caso de una periodista que salió del país con ayuda de una ONG, porque estaba siendo perseguida, pero una vez fuera, se moría de hambre, por lo que tuvo que volver a México con todas las consecuencias. Es otro drama: los periodistas que se exilian, pero después no tienen medio de vida.

P: ¿Qué opina la sociedad mexicana sobre el terrorismo yihadista?
R: Los atentados interesan sobre todo cuando afecta a algún ciudadano latino, pero el mexicano tiene muchos problemas relacionados con su propia seguridad. No es lo mismo que en España un loco atropelle a 30 personas a que esto ocurra en México, porque allí es más frecuente que mueran 30 personas en un día. La violencia en México es diaria y hay mucha polémica con el “pray for…”, porque preguntan: “¿y quién pray for us, que vivimos esto todos los días?”.

P: ¿Existe algún tipo de relación entre los yihadistas y el narcotráfico?
R: Hay muchos análisis sobre eso. Son redes que se interconectan por un interés en el tema de armas y por la comercialización de la droga. El terrorismo yihadista no solo se financia por Arabia Saudita, las drogas también tienen mucho que ver.

P: ¿Recuerda alguna noticia que haya tenido que dar que le haya marcado especialmente? 
R: La noticia que más me ha marcado últimamente a nivel personal es la que hice cuando estaba de sustitución en una tele de Bogotá. Fui a cubrir la situación de una familia que llevaba una semana luchando porque no tenían dinero para enterrar a su hermana, que había muerto de forma violenta en España. Estaban haciendo una colecta. Era un dramón, sobre todo ver como los políticos se ponen la medalla, el minuto de silencio en el ayuntamiento… a mí en lo personal me afectó.

Lo difícil aquí es no convertirlo en show. Hay que dar la noticia con mucha delicadeza, pero denunciando lo que haya que denunciar. En situaciones como esta, ves como el periodista se tiene que distanciar de la noticia, pero no quedarse indiferente.

P: ¿Qué consejo les daría a los estudiantes de Periodismo?
R: Que se valoren. Que luchen por un sueldo digno, si aprecias tu trabajo, lo cobras. Porque esa ha sido mi lucha, gracias a ser freelance se lo que vale mi trabajo. La he fastidiado muchas veces y luego me he dado contra la pared, porque igual he regalado mi trabajo por pedir muy poco dinero. Es una forma de darte valor. También que lean, que se actualicen: hay que aprender mucho, lo importante es lo que tengas en la cabeza. Si no sabes lo que vas a contar... por mucha tecnología que tengas no sirve de nada.