Accede y aprovecha todas las ventajas
Tres personas, cuatro días de grabación, más de 14 horas diarias y “muchísimo empeño”. Así se hace Me voy a comer el mundo, el programa de La 2 de TVE presentado por Verónica Zumalacárregui, periodista y antigua alumna (Periodismo 2009) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). La alumni muestra en este programa la gastronomía de 22 países alrededor del mundo. Será por eso que, confiesa, ha vivido “experiencias muy locas”.
P: ¿Qué supone para usted que el programa, que es idea suya, se emita ahora en una televisión nacional?
R: Para mí es un orgullo. Que algo superpequeño que llevaba en mi cabeza durante muchos años se emitiera primero en Canal Cocina y ahora en una cadena nacional, y que encima sea TVE quien se interese por el formato, ¡es maravilloso! Es una recompensa al esfuerzo. Me voy a comer el mundo se hace entre muy poca gente. Le ponemos muchísimo empeño y parece que lo han sabido valorar.
P: ¿Cómo le ofrecen la oportunidad de trabajar en este programa? La idea era suya, pero ¿cómo se hizo realidad?
R: La idea nació un poco en mis viajes. Mis pasiones son mi trabajo, adoro el periodismo, y los viajes –ha estado en 50 países-. Quería plasmar en la televisión mi forma de viajar, que es a través de la comida y, sobre todo, de las personas locales. Meternos en sus casas, que sean ellos los que nos enseñan los sitios donde suelen ir, los mercados donde hacen la compra, los restaurantes donde celebran eventos o los bares pequeños donde se reúnen con sus amigos. Quería plasmar esto en un formato televisivo.
"Nuestro ocio está volcado completamente en la gastronomía"
P: ¿Cuál es la preparación de un programa?
R: Yo tengo en mis manos la parte de producción de contenidos. Tengo que hacer una investigación del país en términos culturales y gastronómicos, valorar qué queremos reflejar en el programa y a qué sitios queremos ir. Y esto lo hago con la ayuda de esos anfitriones locales con los que contacto. Entonces, la norma número uno del programa es que las personas que me guían a mí como presentadora tienen que ser autóctonas, pero que hablen en español. A través de ellos organizamos la escaleta. Ellos nos dicen qué mercados son más locales o menos turísticos. Entonces yo investigo a ver si el mercado nos vale en términos televisivos también y así vamos organizando las secuencias, que suelen ser unas 10 o 12 por país. También compruebo que todo esto es del gusto del director, y, cuando le da el visto bueno, se lo pasamos a la directora de producción que va obteniendo las licencias y permisos para grabar en mercados municipales, por ejemplo, y es la que va cerrando los horarios de grabación. También es producción quien reserva los hoteles y los vuelos. Luego nos vamos al viaje el director, un cámara que solamente va a los viajes y yo. Y cuando volvemos toca el proceso de edición.
P: ¿Cuál ha sido el país que más le ha llamado la atención?
R: Corea del Sur me impactó muchísimo porque me encanta su cultura. Es una mezcla perfecta entre un italiano, cálido, cariñoso y divertido; y un japonés, que son rigurosos, exigentes, perfeccionistas y trabajadores. Esa fusión entre un mediterráneo y un asiático me parece maravillosa. La primera vez que llegué allí, el hecho de que un coreano me abrazase para saludarme cuando yo esperaba una distancia, como ocurre en Japón, me impactó mucho. Además, es un país tan diferente que es un shock cultural. Por ejemplo, ahí la última moda es comer en directo delante de la webcam. Estuvimos grabando con un YouTuber que vive de eso. También tienen spas con salas de mármol que abren 24 horas y la gente se va a dormir ahí cuando sale de fiesta y al día siguiente tiene que madrugar. Podría hablar de Corea del Sur eternamente. Yo creo que ese es mi país preferido.
P: ¿Y gastronómicamente?
R: Sin ninguna duda, Perú. Me encanta la comida peruana y dentro de la peruana la nikkai que es la japo-peruana. En Perú hay una colonia muy grande de japoneses que emigraron, también de chinos. La comida que fusiona las tendencias japonesas con las peruanas se llama nikkai, que son todo ese juego de pescado crudo aderezado con salsas parecidas a la soja.
P: ¿Con qué anécdota se quedaría de sus viajes?
R: ¡Hay un montón! Un recuerdo que guardo fue cuando llegué a Jordania, al desierto de Guadirrum. Acababa de estar en Petra, una de las siete maravillas del mundo, y llevaba acumulando sensaciones en mi interior durante muchísimas jornadas, pero como vamos tan deprisa grabando no me da tiempo a asimilarlas y, de repente, en el cuarto día llegamos a Guadirrum. Nos recibió un campamento de beduinos. Había uno que era ciego, tenía como unos 60 años y nos recibió tocando el oud, que es una especie de guitarra. Empezó a tocar tan bien, y yo estaba delante de él, que se me empezaron a saltar las lágrimas. Además, me estaban grabando y yo intentaba que no se dieran cuenta, pero yo lloraba como una magdalena por toda la emoción contenida, que de repente se exteriorizó gracias a él.
P: Programas como Masterchef, que ha sido un boom en las televisiones, ¿han supuesto un impulso al periodismo gastronómico?
R: Un impulso, totalmente, aunque la gente diga que se está agotando la televisión o el periodismo gastronómico. Todo se va retroalimentando. Hablamos del mimetismo, lo que hace una cadena lo copia otra. Es una rueda que va girando y la gente que ve Masterchef luego quiere ver mi programa y luego otro.
P: ¿Cómo ve el periodismo gastronómico español en comparación con otros países que ha visitado?
R: A nivel europeo, estamos en el top tres y a nivel mundial, también. En el mundo diría que estamos como a la par de Perú, que también tiene un boom de periodismo gastronómico muy grande. Pero es verdad que la comida en nuestra cultura es muy importante, de hecho nuestro ocio está volcado completamente en la gastronomía y estamos haciendo un montón de formatos televisivos que tienen muchísima audiencia.
“Si le pones pasión, si de verdad te gusta, vas a llegar lejos”
P: ¿Han tenido problemas para grabar en alguno de los destinos?
R: Sí, hay países donde estamos muy abiertos a que nos graben, como es el caso de España. Hay otros en los que tienes que tener cuidado porque la intimidad y la privacidad son tesoros para ellos. Por ejemplo, en Japón hay que pedir siempre permiso antes. Burocráticamente, también se da en países como Egipto, donde hay que llevarlo todo muy atado, te tienen que acompañar, tienes que ir con escolta… Yo no tuve ninguna mala experiencia, pero es verdad que si de repente el escolta se va un poco lejos y te ven a ti con una cámara, te paran policías por la calle y te preguntan qué estás haciendo. Luego en México también hemos tenido que ir con escolta y cancelar rodajes a cuatro horas de empezar porque habían cortado la carretera o había pasado una desgracia. O sea, sí que hemos vivido algunos episodios que cuando estás ahí no los ves tan graves, y además tienes que ser resolutivo, buscas ayuda de producción desde España, el director va tomando decisiones y lo vas solventando. Y al final lo ves desde fuera y dices: “jolines lo que hicimos ayer, lo que solucionamos enseguida.”
P: ¿Cuál es el mayor aprendizaje que ha tenido en sus viajes?
R: A no tener prejuicios. A viajar, pero, además, a vivir sin prejuicios. Vivir, en España y fuera, con la mente superabierta porque lo que en tu cultura es normal, en otra puede ser superextraño. Entonces, no hay que juzgar ni la forma de comportarse, ni la forma de comer, ni la religión, ¡nada! Cada país es un mundo distinto.
Su paso por la UFV
P: ¿Cómo recuerda sus años estudiando en la UFV?
R: ¡Fantásticos! De hecho, ha sido venir hoy aquí y casi me pongo a llorar de la emoción. Pero, además, a la universidad le debo muchísimo porque mi primer trabajo lo conseguí gracias a un profesor, Alfredo Arense, que en ese momento estaba en Kiss Fm y nos mandó a tres a hacer una prueba y me cogieron. Eso fue lo que me abrió las puertas. Así que le debo mucho. Luego a profesores que me han asesorado superbien. Mi asesora era Elena Pedreira, la quiero muchísimo y también le debo un montón. Y luego el hecho de que se puedan hacer prácticas desde que entras a la universidad es primordial, porque este trabajo se aprende haciéndolo más que estudiándolo.
P: ¿Qué consejo les daría a los actuales estudiantes de Periodismo?
R: ¡O le ponen pasión o no llegan a ningún lado! Este es un trabajo superduro, precario, inestable, con muchísimos picos, pero que si de verdad te gusta, sabes afrontar esas partes malas que tiene el periodismo. Si le pones pasión, si de verdad te gusta, vas a llegar lejos o vas a vivir con algo que te apasiona de verdad. Pero si no tienes pasión, vas a vivir frustrado porque es un trabajo muy difícil.
Puedes visualizar algunos de los documentales de Me voy a comer el mundo alojados en la web de RTVE:
La periodista Marta García Bruno analiza la figura histórica del asesor político, una profesión que está en el punto de mira al hilo del reciente caso de corrupción política, denominado "Koldo", vinculado al primer Gobierno de Pedro Sánchez. Leer más
¿Por qué Irán atacó en una misma semana objetivos en Iraq, Siria y Pakistán? ¿Qué relación puede tener con la crisis en Medio Oriente? Analizamos esta situación de la mano de Javier Redondo, profesor de los grados en FPE y Comunicación Global de la UFV. Leer más