El periodismo no puede ser sustituido por mensajes de 140 caracteres. Eso no quiere decir que las redes sociales o que el llamado “periodismo ciudadano” no hayan contribuido y contribuyan a expandir el mundo de la comunicación; esto no quiere decir que las redes sociales no hayan contribuido a la movilización y a la participación de la gente. Pero para que una persona esté realmente informada de lo que pasa en el mundo, en su país o en su ciudad necesita algo más que 140 caracteres. Para que una persona sea un ciudadano y pueda formar parte de su comunidad, para que pueda adoptar decisiones, necesita algo más que un tuit.
Un país democrático necesita que exista el periodismo profesional, el que practican periodistas profesionales que cuentan una historia, que explican el origen de esa historia, que presentan las posibles consecuencias de esa historia. Y no se trata solamente de historias espectaculares, sino de la información del devenir cotidiano, de contar lo que ocurre en nuestro mundo y en nuestra época, y de explicarlo.
Hay muchas maneras de hacer periodismo: radio, televisión, redes sociales, prensa escrita, prensa digital… Lo importante es que la información que estos medios ofrezcan sea una información rigurosa, contrastada, que ayuda al lector, al oyente, al espectador a ser ciudadano, no súbdito, a opinar con conocimiento de causa y, en definitiva, a consolidar la democracia. Y esto no puede conseguirse con solamente 140 caracteres.