El dandismo que bajó el fango
El periodista Truman Capote, autor de 'A sangre fría' | Autor: Peggy O'Connor Flickr/CC
Marta G. Bruno | Directora de Cultura de LaSemana.es
Vestir asesinatos con el mejor estilo literario. Como hizo Truman Capote en A sangre fría. Tom Wolfe. Gay Talese. Los nuevos Hemingway. El estilo de los maestros del género, donde el patrón es el mismo: esa forma de vestir rayana en el dandismo, el misterio del hombre con sombrero que busca historias sin cuaderno. Una apuesta arriesgada y a la vez apetecible. La inmersión en el tema a estudiar. Menuda gozada en los tiempos que corren.
La gran ventaja de leer reportajes convertidos en novela es que llega un momento en el que la historia parece tan inverosímil que el lector puede llegar a pensar que está leyendo una novela fruto de las mentes más imaginativas. Pero ese es el factor mágico del Nuevo Periodismo: sus historias son reales, resultado de las investigaciones de los ávidos cronistas que salvaron periódicos de la mediocridad. Por eso Capote defendía su teoría, según la cual "puedes coger cualquier tema y convertirlo en una novela testimonio".
Ryszard Kapuściński viajó por nosotros a África relatada a través de sus guerras en Ébano. El que describió a la antigua URSS vista con los ojos de la infancia en El imperio, el niño que como adulto mantuvo que para ser buen periodista había que ser buena persona. En una de sus últimas entrevistas criticaba la corresponsalía a base de comunicado oficial en hoteles en zonas de guerra, el fin del periodismo en el terreno debido a las nuevas tecnologías, con las que el periodista se informa más desde la redacción, y sólo queda confirmar desde el lugar de los hechos.