El revés del periodismo y la tesis
Juan Cruz | Periodista, escritor y editor
El periodismo tiende a contaminar la política y viceversa. Ese fantasma recorre España (y el mundo) desde que se inventaron ambos oficios. Ocurre con la tesis de Pedro Sánchez. La historia de esta hiperconexión dañina es ejemplo de la destrucción del valor supremo de la prensa (y de la política): la verificación de los hechos.
En este caso de la tesis de Sánchez el periodismo y la política se han juntado para burlar el primero de los elementos del periodismo, que Bill Kovach y Tom Rosenstiel situaron en la comprobación de lo que se cuenta. En este caso políticos y periodistas han considerado firmes las ideas aireadas por el rumor y se dedicaron a dar por sentado que la tesis no existía. Cuando el documento real apareció Sánchez fue acusado de plagio. Sin comprobación alguna. Albert Rivera, Cid de esta causa, lanzó además la idea de que le ayudó un negro.
Lo del supuesto negro está en la primera línea de sospecha. Animado por la ceremonia de la suposición, que es la confusión más cinismo, Rivera lanzó esa invectiva en forma de pregunta: ¿No será que ahí detrás hay un negro? Ah, yo solamente pregunto.