Me entretuve la otra noche viendo una televisión que gracias a Dios no frecuento: la que lanzó al estrellato a Podemos. (Tele entonces por cierto propiedad de un difunto marqués). Debatían Pablo Iglesias y Albert...ito Rivera sobre la mejor forma de dar carnaza a las fieras: es decir, de hacer un Campeonato de Demagogia Olímpica ante los posibles votantes. Y la verdad es que me hice un lío. Como los dos han seguido el mismo Manual de Demagogia para Votantes Despistados y Bizochables, no se sabía si el de la coleta era una fotocopia de Albert...ito Rivera, o a la inversa. Hasta que el coletudo violeta díjole al engreído color naranja (color Lipasam, que dice Rafa Serna) algo así como:
- Y si pensamos igual en todo, ¿por qué no nos presentamos juntos?
Pero como el mentado Manual debe de ser un "best seller" en vísperas de campaña como estamos, y a dos meses mal contados de otro nuevo Desastre, peor quizá que el de 1898, resulta que hay un tercero en concordia, que no en discordia, que también podría presentarse con ellos: Sánchez. Que no sé por qué se quita su segundo apellido: Castejón. ¿Será una venganza contra el Comandante Castejón, que le han aplicado la Ley de Memoria Histórica incluso al apellido, y por eso está mal visto usarlo? Si no prohibido, en sorprendente desuso. A Rodríguez Zapatero nadie la llamaba Rodríguez, sino Zapatero. A Pérez Rubalcaba nadie la llamaba Pérez, sino Rubalcaba. Pero a Sánchez Castejón nadie le dice Castejón, no sé por qué, y es Sánchez de todas, todas. "Un tal Sánchez" me suena completamente a "La Codorniz". A "un señor de marrón" de Miguel Mihura; a "un señor bajito", de Miguel Gila; o a un "Señor Particular", título que se ponía Ángel Palomino bajo su nombre en las tarjetas de visita, cuando era moda llenarlas de cargos. nombramientos y ringorrangos.
Sánchez ha debido de comprarse el mismo Manual de Demagogias que se saben de coro Iglesias y Rivera. Cuyos primos están todos escondidos y sin dar la cara: !cualquiera es el guapo que en esta España dice que es primo de Rivera! Le ponen la mayúscula inmediatamente al parentesco y le aplican la Ley de la Memoria Histórica del tirón. El caso es que Sánchez quiere dejar sin votantes a Iglesias y a Rivera por la vía del "y yo más" de la demagogia de libro. De ahí que haya adelantado lo más demagógico de su programa electoral: eliminar la Religión en los colegios públicos...¡y en los privados! ¿Qué clase de libertad es esta que elimina la clase de Religión incluso en un colegio no concertado que mantienen los padres de los alumnos con su dinero? Pues nada. En los colegios que tienen los principios cristianos en su Ideario van a tener que hacer no aulas, sino que habilitar catacumbas para enseñar Religión clandestinamente. Los primitivos cristianos perseguidos y los actuales alumnos de Religión prohibida vendrán a ser lo mismo.
Con esta propuesta, Sánchez le gana por la mano a Iglesias y a Rivera. Ninguno de los dos se han atrevido a tanto como prohibir las clases de Religión; todo lo más han llegado a eso tan demagógico de cobrar el IBI a la Iglesia por sus templos, conventos y obras asistenciales de Caridad. Y del IBI de las mezquitas, ni mijita, que rima. Perfecto. En una sociedad donde ha triunfado el relativismo; donde han logrado borrar la conciencia del bien y del mal; donde todo vale; donde no hay principio de autoridad y los hijos denuncian a los padres si les dan una muy conveniente y educativa guantá a tiempo, por si quedaba algún rastro de moralidad y de principios, ¡hala!, la Religión eliminada. Como Aznar quitó la mili obligatoria, que era una escuela de disciplina, de civismo y de valores. Tal como Lenin le dijo a don Fernando de los Ríos aquello de "Libertad, ¿para qué? cuando el PSOE aún hablaba de ella, ahora parece que es Sánchez quien pregunta: "Religión, ¿para qué? ¿Para que nos ganen votos Podemos y Ciudadanos? ¡Vamos, anda: para laicista, menda!".
Artículo publicado en www.lasemana.es y reproducido en Corresponsales de Paz por gentileza de la dirección de LaSemana.es.